Millones de trabajadores desfilan

Millones de trabajadores desfilan

PARIS (AFP) – Millones de trabajadores desfilaron este domingo en las calles de las principales ciudades del mundo para conmemorar el Día del Trabajo exigiendo mejores salarios y condiciones laborales, mientras el nuevo Papa pedía en Roma empleos para los jóvenes.

   En las calles de Londres, varios miles de manifestantes desfilaron pacíficamente para conmmemorar el tradicional 1º de mayo.

   La marcha, que se celebró a sólo cuatro días de las elecciones generales del cinco de mayo, concluyó en la plaza Trafalgar, en el centro de Londres, donde varios cantantes, entre ellos el rockero Pete Doherty, ofreció un concierto.

   «No al odio, sí a la música», fue una de las consignas más coreadas por los manifestantes, que denunciaron tanto «las mentiras» de Tony Blair sobre la guerra en Irak como la política «racista» del líder conservador Michael Howard, cuya bandera principal en esta campaña es el control de la inmigración y el asilo.

   En Francia, unas 84.000 personas -según fuentes sindicales- manifestaron en la tradicional Fiesta del Trabajo por los salarios, el empleo y el mantenimiento del lunes de Pentecostés feriado, mientras que los partidarios del «no» al referéndum sobre la Constitución europea se expresaron con fuerza.

   Cerca de 1.000 togoleses se sumaron a la manifestación sindical en París para denunciar «un atraco electoral» en Lomé.

   En Alemania, unas 530.000 personas, según los organizadores, atendieron el llamado de los sindicatos, bastante críticos con respecto a las reformas sociales del gobierno del canciller social-demócrata (SPD), Gerhard Schroeder.

   En Suiza, 25 militantes nacionalistas fueron detenidos en Lucerna (centro) cuando participaban en una manifestación no autorizada al margen de las festividades del 1 de mayo.

   En Viena, varias decenas de miles de personas manifestaron siguiendo las consignas de la oposición sociale-démocrate (SPOe), que criticó la política económica del canciller conservador Wolfgand Schuessel y exigió su renuncia.

   En España, los principales sindicatos exigieron del gobierno socialista «más empleo y protección social» durante la gran marcha en el centro de Madrid.

   En Roma, el papa Benedicto XVI pidió trabajo para todos los jóvenes del mundo así como la paz para las poblaciones que sufren por la guerra, las enfermedades y la pobreza.

   «Deseo que no falte el trabajo, especialmente para los jóvenes y que las condiciones de trabajo respeten cada vez más la dignidad del ser humano», afirmó el Papa al recordar el Día del Trabajo.

   En Rusia, miles de manifestantes, sobre todo militantes y simpatizantes comunistas, desfilaron en todo el país, pero la participación aparecía relativamente débil ya que la celebración de la Pascua ortodoxa le hace competencia al 1 de mayo.

AMERICA LATINA DEMANDA MAS EMPLEO

MIAMI (EEUU) (EFE).- El Primero de Mayo en América Latina se celebró ayer con marchas multitudinarias llenas de reclamos sociales y protestas contra el libre comercio con Estados Unidos.

En Ecuador, más de 10.000 obreros desfilaron por las calles de Quito gritando consignas contra el Gobierno del nuevo presidente, Alfredo Palacio, el Congreso y los partidos políticos, a los que responsabilizan de casi todos los problemas que sufre el país.

«Fuera Palacio, fuera el Congreso, fuera todos», señalaba una enorme pancarta llevada por los trabajadores, que también rechazaron el Tratado de Libre Comercio que negocia Ecuador con Estados Unidos.

La crítica a los dirigentes tradicionales quedó clara en la asistencia de apenas unas 250 personas a la concentración del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país.

En Brasil, donde el Día del Trabajo es una fiesta, las dos mayores agrupaciones obreras, la Central Unica de Trabajadores (CUT) y Forza Sindical, concentraron sus celebraciones en el corazón económico del país, Sao Paulo, con sendos actos festivos a los que asistieron centenares de miles de personas. Forza Sindical, crítica del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo haber congregado a cerca de 1,2 millones de personas en la plaza Campos de Bagatelle, en una fiesta en la que actuaron más de 20 artistas y en la que se pidió la reducción de la jornada laboral, menos impuestos y una reforma sindical.

En Venezuela tuvieron lugar dos marchas de diferente signo, una pro gubernamental y otra opositora, que transcurrieron por rutas distintas sin que se registraran incidentes.

El vicepresidente José Vicente Rangel, que participó en la primera, que estuvo más nutrida, dijo que la masiva presencia de los trabajadores demostraba el apoyo que tiene el Gobierno en los sectores pobres y lo acertado de sus políticas sociales.

Mientras, en la opositora, el líder de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Manuel Cova, aseguró que, además de reclamar «salarios decentes, empleo y seguridad social, es preciso exigir el diálogo que haga posible generar la confianza».

En Cuba, el presidente Fidel Castro, ante 1,3 millones de personas reunidas en la Plaza de la Revolución de La Habana, volvió a cargar contra Estados Unidos por la supuesta presencia en ese país del anticastrista Luis Posada Carriles.

Castro también atacó «la doctrina nazi del ataque preventivo contra cualquier rincón del mundo» impulsada por EEUU con el pretexto de luchar contra el terrorismo, y la insistencia de Washington de incluir a la isla en el llamado «eje del mal».

En México, varios miles de sindicalistas se manifestaron en cinco marchas distintas en el centro de la capital para exigir mejores condiciones laborales.

La manifestación considerada oficial, organizada por el Congreso del Trabajo y que según la policía reunió a unos 40.000 trabajadores, exigió al Gobierno mexicano reactivar la economía para combatir la pobreza que afecta a la mitad de la población.

En Argentina, las movilizaciones de protesta y los reclamos por mejoras salariales se combinaron con festivales artísticos y muestras de artesanías.

Los manifestantes reclamaron mejoras salariales, la universalización de los planes sociales, el aumento de las pensiones por jubilación y la reducción de la jornada laboral a seis horas.

En Santiago de Chile, en un masivo acto que congregó a más de 50.000 personas, los trabajadores pidieron un país justo con más igualdad social.

En Nicaragua, los trabajadores celebraron divididos en dos concentraciones el Día del Trabajo, una encabezada por el presidente Enrique Bolaños y la otra por el dirigente sandinista Tomás Borge.

Mientras Bolaños acusó a los sandinistas de «saqueadores de bancos que hicieron retroceder al país en 50 años», éstos dijeron que no tienen la culpa de «la miseria, la pobreza extrema, la mortalidad infantil, la desnudez y la falta de empleo» en el país.

En Bolivia, las marchas sindicales estuvieron signadas por la demanda de la nacionalización de los campos de gas y petróleo, aunque la mayor, en la Paz, no superó los 5.000 asistentes.

En Panamá, miles de trabajadores pidieron que las futuras reformas a la Caja del Seguro Social no perjudiquen a los asalariados, un aumento del salario mínimo y condenaron la corrupción en las instituciones públicas.

Los diferentes Tratados de Libre Comercio que negocia la región o firmados ya con Estados Unidos fueron el centro de las críticas en las manifestaciones celebradas en Colombia, la República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Finalmente, el Día del Trabajo pasó casi desapercibido en Perú, donde se celebró una romería con la participación del ministro del Trabajo; al igual que en Puerto Rico, donde se celebra la festividad el primer lunes de septiembre. EFE

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