Milly Quezada: “De niña creía en los Reyes Magos”

Milly Quezada: “De niña creía  en los Reyes Magos”

Milly Quezada es un símbolo de la Navidad dominicana. Con su clásico tema “Volvió Juanita”, que plasma la historia de una mujer que decide volvería a la tierra que la vio nacer, la merenguera ha puesto a bailar a varias generaciones en esta época tan festiva del año.

Y así con esa alegría y chispa que la caracteriza al interpretar sus canciones, Milagros Quezada Borbón se retrotrae en el tiempo y cuenta a ¡Alegría! sus vivencias de antaño y el significado de la Navidad.

Por sus convicciones religiosas, la Navidad además de celebrar el natalicio del Niño Jesús, le permite recogerse y reflexionar en lo personal y en lo familiar.

“Los cristianos que queremos tener un compromiso proactivo con la fe tenemos que recordarle a la gente que Cristo es la Navidad, no el consumismo”, afirma la artista nacida el 21 de mayo de 1952.

Y pese a que la Navidad es una época que ella misma dice es de una zafra muy buena porque la requieren para muchas actividades, esta noche Milly hará un alto en el camino para reunirse con su familia en New Jersey, EEUU, donde compartirá una opípara cena en la residencia de su hermana Jocelyn.

Aunque reside en Estados Unidos desde los ocho años, país en el que las tradiciones son diferentes a la suya, en la mesa no faltará el cerdo asado, el moro de guandules, la telera, la ensalada, el ponche, los lerenes y el pan de fruta. “Será una cena deliciosamente dominicana para que ellos (sus hijos, nietas) conozcan nuestras tradiciones”.

Al otro día, cuando se celebra la Navidad, tratando de ser “normal”, ya que el músico por su profesión es “anormal” en su forma de vivir, permanecerá en casa, descansando, en pijama y tratando de que los “chicos” abran sus regalos.

Su nieta Mía Miliana Vásquez, de seis años, ya tiene su pedido: una American Girl (una muñeca costosa); mientras que a Mariah Magali, de tres, aún no ha decidido, pero será hermoso. Ellas son su delirio.

El problema. Milly confiesa entre risas que era una chiquilla tremenda, a la que le gustaba hacer travesuras a su hermano mayor y que incluso se quemó en algunas asignaturas. Por ser tan traviesa le dieron muchas pelas. Ese motivo, señala la artista, era su principal problema con los Reyes Magos, en quienes creía con devoción.

“Yo no entendía, cuando trataba de ser buena, que ellos (los Reyes) no me dejaban lo que yo quería porque éramos muy pobres. Yo pensaba que los Reyes Magos no eran justos conmigo; eso me daba pique. Hacía una rabieta terrible”, afirma mientras recuerda lo difícil que fue ver a los niños de su sector jugar con las muñecas y bicicletas que les dejaron los Reyes, cuando ella tenía que conformarse con una soga para saltar.

Esa parte de su vida fue muy dolorosa, máxime cuando se enteró de que los Reyes no existían. “Esto fue el fin de la inocencia”, dijo.

Y mientras dejaba volar sus recuerdos, Milly dio gracias a Dios por todo.

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