FERNANDO DE LEÓN
Mucho se ha escrito justicieramente sobre la trágica muerte de nuestro querido y fraterno colega Milton Peláez Matos, hecho que recientemente sacudió a toda la sociedad dominicana; al resultar un acontecimiento inesperado. De todo el mundo era sabida la labor artística y humorística de este talentoso profesional, que tantas buenas producciones realizó para la radio y la televisión dominicana, a través de sus libretos y de su actuación personal como comediante, aportando también su cuota personal para que se desarrollara y se reivindicara la clase artística criolla. Sólo basta con recordarnos aquella época de la “guerra de las papeletas”, desatada en Rahintel cuando esta empresa televisora fue propiedad del empresario Leonel Almonte, quien utilizó a Milton Peláez como Director Artístico del canal.

Pero de manera somera se ha tratado su extraordinaria participación en la publicidad dominicana y los inmensos aportes que Peláez hiciera al menester a que nos referimos, específicamente en la “labor creativa” que éste desarrollara; nuestra amistad con Milton databa desde tiempos inmemoriables, pues desde la época de la destrujillización nos tocó conocerlo personalmente por mediación del padre Marcial Silva, sacerdote párroco de la Iglesia de San Miguel, situada en la zona intramuros de Santo Domingo.

Como bien podemos recordar, ese prestigioso profesional de la publicidad dominicana que responde al nombre de Bernardo Boanerges Bergés Peña, dio las primeras oportunidades a Milton Peláez para que participara en el staff creativo de la Publicitaria Bergés Peña, S. A., en ocasión en que esta pujante empresa manejara importantes cuentas publicitarias a nivel nacional, incluyendo las campañas de la Sociedad Industrial Dominicana (La Manicera) y de sus prestigiosas marcas de productos de aceites comestibles, entre otros. Publicitaria Bergés Peña, S. A., tanto en su primera como en su segunda etapa, fue una verdadera escuela por donde desfiló una considerable cantidad de profesionales de la técnica de la “persuasión”. La labor en esta agencia le sirvió a Peláez para desarrollarse creativamente, y situarse en el exclusivo círculo de los grandes redactores “creativos” de la República Dominicana, al extremo de parangonarse con hombres del talento y de la talla de Efraim Castillo, René Del Risco Bermúdez, Iván García, Santiago Lamela Geler, Freddy Ortiz, Franklin Domínguez, y el español Federico Pagés, entre otros.

Peláez participó en la planificación de grandes campañas publicitarias, y dominó a profundidad la redacción publicitaria de una manera veloz, chispeante y original, conteniendo sus textos una fantástica cuota de “impactación”, la cual requiere la publicidad como actividad humana generadora de necesidades de adquisición de productos, bienes y servicios; sus conocimientos publicitarios fueron inmensos; los que fundamentaba en una cultura general de la que era poseedor, complementando lo anteriormente expuesto con una acucia permanente por descubrir nuevos asuntos y enriquecer su acervo.

Peláez dominó de forma extraordinaria la redacción publicitaria para la radio, la televisión, la prensa y otros importantes medios; fue prólijo en la producción de spots radiales, story-lines (para televisión y cine) y textos para visuales de prensa, labor que efectuó en los años finales de la década de los ‘60, así como también en las décadas de los ‘70 y de los años ‘80, hecho que atestiguan numerosas y formidables campañas publicitarias que produjo y en otras tantas en las que participó formando parte del equipo creativo de otras agencias. Para quien estas líneas escribe, en una tarde, a partir del mediodía, estableció un récord de redacción de más de 35 textos para anuncios de felicitaciones de los suplidores para una tienda de calzados, dejando con esta labor sorprendidos a los ejecutivos de la agencia, así como también a los ilustradores y dibujantes del departamento de Arte de la Publicitaria Bernardo Bergés Peña, S. A. Después de su relanzamiento, con este hecho, Peláez nos dio muestras de prontitud y eficiencia en el desempeño profesional en su rol de creativo publicitario, haciendo la hazaña en tan solo cuatro horas y media de trabajo.

Sus discusiones con los directores de ejecutivos y ejecutivos de cuentas fueron inmensas, para lograr que las cosas se hicieran dentro de la mayor profesionalidad siguiendo los cánones publicitarios; en innumerables ocasiones nos conversaba de las diversas teorías de la comunicación comercial “universal”, citándonos autores del talento del mexicano Eulalio Ferrer, considerado “el padre la publicidad mejicana” y autor de la célebre obra “Enfoque Sobre Publicidad”. También nos hablaba de los célebres publicistas internacionales José Casa Santasusana, Serapio Iniesta, Pratz Gaballi, Francisco Izquierdo Navarro, Watsun Dunm y Dave Ogilvy, éste último revolucionador de la publicidad estadounidense en materia de redacción de campañas. Todos estos autores nos nutrieron a los publicistas, tanto autodidácticos como académicos, que formábamos parte de la clase publicitaria de las décadas precedentemente citadas.

En resumida cuenta, para nuestra consideración, Milton Peláez fue inmenso en el menester publicitario, actividad que tantos sacrificios y satisfacciones le produjo; se realizó plenamente, fue rebelde en su pensamiento y firme en sus ideas…Ojalá que en el mañana la sociedad dominicana pueda rendir un reconocimiento póstumo a este hombre ido lamentablemente a destiempo, quien fue gran artista, humorista, guionista, pero también excelente “creativo publicitario”.

Milton donde te encuentres, tal y como apuntara nuestro amigo Freddy Beras Goico, a todos nos aportaste y yo, humildemente, siempre te llevaré en lo más profundo de mi alma, y gracias por la oportunidad de compartir contigo inmensas faenas de trabajo y los conocimientos que me aportaste. Milton, involuntariamente, te fuiste a reunir con “René” allá en el Reino del Señor, sitial desde donde jamás regresan los peregrinos.

Milton, siempre estarás presente en nuestros corazones.