Mima tu cuerpo

Mima tu cuerpo

Has de tratar al cuerpo, no como quien vive con él, que es necedad,
ni como quien vive por él, que es delito, sino como quien no puede vivir sin él.
Francisco de Quevedo.

Muchos de los aspectos del cuerpo y de la energía no son percibidos. Tenemos siete cuerpos y cada uno tiene una vibración distinta. Algunos están desplazados fuera de nosotros mismos, pero todas las dimensiones están aquí en nuestro cuerpo. El estar en bienestar se relaciona con el sentido espiritual que le demos a la materia.

El bienestar va en la dirección del reconocimiento -y agradecimiento-de “aquello que es” en cada uno de nosotros. Cuando experimentamos eso, podemos sentir como corre la sangre por todo el cuerpo. ¡Sentimos la vida correr en nuestro interior!

Unerror común en la visión occidental, ha sido considerar al cuerpo como un enemigo del Espíritu. Esto ha distorsionado el enfoque de la salud hasta tal punto, que nos relacionamos con nuestro cuerpo, como si se tratara de un enemigo del cual debemos cuidarnos para no padecer. Así, muchos médicos ven el cuerpo como si se tratara de una máquina que tienen que arreglar.

La verdad, como dice Osho, es que somos una entidad orgánica y nos tratarnos como máquinas a las que les arreglamos las partes dañadas, cuando esa es en realidad la causa para que nos enfermemos. Cuando Rebeca West estaba en la tercera edad decía que, mientras somos adolescentes creemos que nuestros cuerpos se identifican con nosotros y comparten los intereses que tenemos, para luego darnos cuenta que son compañeros sin corazón que nos han sido impuestos accidentalmente.

Esta adelantada mujer reflexionaba al final de sus días sobre el abandono de la belleza de nuestros cuerpos, sus quejas y sus rebeliones a medida que la edad avanza, y se preguntaba: “¿Quién ha abandonado a quién?”. “¿Dónde inició la traición?”. Al mismo tiempo, cuestionaba si la batalla no se habría iniciado años atrás, cuando empezamos a tomar en cuenta la opinión que otros tenían sobre nuestro cuerpo para sentirnos bien con él.

Su conclusión es que dimos por sentado que nuestros cuerpos nos acompañarían y los tratamos con desdén, les buscamos infinidad de defectos, abusamos de ellos con carencias o excesos, y los deshonramos con una vida demasiado dura (con pocos cuidados).

He aprendido del chamanismo, que el bienestar nos llega como consecuencia de sentirnos cómodos con la naturaleza. Hace un tiempo, en un curso de respiración que tomé el instructor dijo: “Afortunadamente, la naturaleza sabía que si la respiración se hubiese puesto en nuestras manos, habríamos muerto hace mucho». Aunque en aquella época me pareció un comentario extremo, ahora está lleno de sentido. La responsabilidad espiritual empieza por el cuerpo. Pensar que espíritu y materia se pueden “trabajar” como asuntos separados, es una ilusión.

Frecuentemente, encontramos esta actitud en la gente inmadura, irresponsable y rebelde/sumisa (niños heridos), o entre la gente super responsable, correcta y rígida (adultos enfermos). El adulto sano escucha el lenguaje de su cuerpo como la hace el niño natural antes de ser domesticado, y dañado por la familia y/o el ambiente. Cuando estamos pequeños, sabemos lo que nos hace falta y lo buscamos dónde eso esté, así sea en la tierra de la planta que adorna la sala. Es curioso que los “locos” hagan lo mismo. El cuerpo siempre está en el presente, de modo que el estar bien relacionado con él y sus necesidades, nos facilita el camino para despertar la conciencia a la realidad espiritual.

En Constelaciones Familiares veo como los síntomas del cliente me muestran la parte que este ha fortalecido, en detrimento del resto del cuerpo. El lugar, función y desbalance que muestra el síntoma en el cuerpo, nos indica los posibles orígenes del extravío de dirección que la persona ha padecido. De este modo, el síntoma es un aliado que nos muestra donde debemos enfocar la atención para regresar al rumbo que perdimos.

La Biblia dice que el cuerpo es el templo del Espíritu. El Espíritu es Amor. Sin embargo, hasta que el cuerpo no viva su existencia en la dimensión del Espíritu, ese Amor no puede conocerse, no puede proyectarse, no puede expandirse por toda la Tierra y la humanidad que la puebla. El objetivo más importante en está existencia es la expresión del Espíritu, y para expresarlo y desarrollarlo necesitamos un cuerpo.

Retomo el proyecto: “Mimo y honro mi bello cuerpo”. Y lo simbolizo en el próximo ascenso al Pico Duarte desde la mirada chamánica. Para mí, es una manera maravillosa de prepararme para los acontecimientos extraordinarios de la Semana Santa.

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