Minas, contaminación y beneficios

Minas, contaminación y beneficios

Cuando la Honduras Rosario Mining vino al país tras el oro de Cotuí, el Banco Central autorizó a la banca nacional a prestarle dinero para iniciar las operaciones.

Entonces denuncié, en el periódico El Nacional, que se usaba el ahorro nacional para financiar una empresa extranjera que traía un capital de burla.

Gran negocio: la Rosario explotó la mina dominicana, con dinero dominicano, para beneficio de los extranjeros.

El doctor Quique Acevedo Gautier me informó que, por arte de birlibirloque, Falconbridge terminó pagando menos regalías por el material extraído que el porcentaje ofrecido. Ello, porque un Guacanagarix (así se le llama a veces a los vendido$$$$) ayudó a la empresa canadiense a que se sacrificara obteniendo beneficios mayores.

Estamos de nuevo ante una situación que debe ser objeto de un debate público más allá de las autoridades, ya que la actuación del Congreso deja demasiado que desear; me refiero al contrato con la empresa minera canadiense Barrick, para la explotación del oro de Cotuí.

Contra esa empresa hay denuncias de explotación y abusos contra los obreros, pago de bajas regalías por el oro extraído, falta de controles en los volúmenes de producción, alta contaminación debido a abuso contra las aguas y los bosques.

En Perú, en Chile, en Argentina, y no sé dónde más, hay quejas sobre la explotación de minas de oro por parte de la Barrick sin consideración por las personas y el medio ambiente. Ello incluye sometimientos a los tribunales por parte de sindicatos y grupos de ambientalistas.

Se mantiene en América aquella verdad que recoge la cuartera que cito de memoria: pobre América Latina/como ayer a tus inditos/te cambian por espejitos/tu tierra, tu agua y tu mina.

Mientras andaban en los aprestos de meternos por ojos, boca y narices, el batiburrillo de Constitución, mientras se discutían los candidatos y precandidatos,  nos entretuvieron con eso y nos metieron un contrato para beneficio de la Barrick, mediante el cual se le entregaron las reglas de juego, marcado del terreno, selección de los árbitros y compilación de los récords.

Cabe preguntarse ¿Quién determinará los costos de producción? ¿Cómo y quién determinará que hubo tales o cuales montos de beneficios, para de ellos pagar al Estado los porcentajes acordados?

Basta con un ejemplo de manejos contables: altos ejecutivos de empresas norteamericanas continúan cobrando escandalosas regalías pese a que el gobierno los rescató de la quiebra.

La determinación de beneficios se producirá, si se produce, cuando los altos sueldos, los gastos excesivos y los abusos económicos y financieros permitan entregar la ración del boa, aunque parece que algunos ya cobraron. 

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