Minera Vs desarrollo: ser o no ser

<P>Minera Vs desarrollo: ser o no ser</P>

 En los últimos meses se ha insertado con mucha fuerza en el debate nacional el tema de la explotación de la minería nacional. Una arista del problema lo es sin dudas la “idoneidad”, bajo discusión, tanto de los términos contractuales en lo referido a la distribución de beneficios como el que los proyectos sean ambientalmente sustentables. Ambos aspectos son de carácter estratégico en lo tocante al futuro desarrollo del país. Sin embargo, a veces surgen criterios que parecen plantear la discusión mas bien en términos de la alternativa de explotar o no explotar la riqueza minera con que ha sido “premiada” esta tierra.

 Lamentablemente, hay veces que la naturaleza es caprichosa y pareciera poner a prueba el ingenio, la capacidad, la agudeza y sabiduría de los pueblos, cuando “sitúa” en el mismo lugar, para discutirse la preferencia, elementos incompatibles: petróleo y riqueza natural para la explotación turística o, para poner otro caso – entre muchos otros ejemplos – minerales preciosos y agua, ese bien que algunos dicen que provocará en el futuro tantas guerras como el petróleo hoy día. En no pocos casos la sabiduría y el compromiso nacional puede obligar a postergar el uso de uno de los recursos hasta el momento en que el desarrollo tecnológico pueda garantizar la compatibilidad de ambos. No obstante, lo cierto es que hoy la explotación de muchas riquezas mineras es plenamente compatible con la naturaleza – sustentable en los términos actuales – y los proyectos aprobados para su ejecución pueden garantizar el respeto a no afectar lo que no se debe o quiere afectar. Aún así, si no hay una supervisión seria, responsable y permanente del organismo gubernamental encargado de garantizar que se cumpla con los parámetros de producción y respeto medioambiental, el resultado puede ser dramático. Entonces estemos conscientes de que lo fundamental es, y siempre va a ser, el hombre y sus instituciones. No es razonable, ni lógico, ni inteligente renunciar a ultranza de nuestra riqueza en el subsuelo, con tanto potencial para traer bienestar a millones de personas que sufren serias carencias en el país.

 Tan irracional y socialmente injusto es sacrificar futuro por no ser capaces de explotar adecuadamente nuestra riqueza, como crítico y vergonzante es ignorar la tragedia que se vive en el presente porque no se cuente con hombres o instituciones capaces y serias. Todo ello es incompatible con lo racional. Toda sociedad es capaz de mejorarse y perfeccionarse.

 Si miramos en nuestro entorno descubrimos que la minería está viviendo un momento especial que está llevando bienestar a millones de personas, al devenir con mucha fuerza en un factor de desarrollo: en el 2012 del 4% de crecimiento que alcanzó Colombia el 55% fue responsabilidad de su minería; el 60% de las exportaciones de Perú las aporta la minería; del 5.6% de crecimiento de Chile una buena parte la debe a la minería, por poner unos ejemplos. No es hacerse dependiente de recursos naturales, es aplicar inteligencia y creatividad a favor del pueblo.

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