POR STEPHEN LEAHY
TORONTO.- Miles de kilómetros cuadrados de arenas y suelos alquitranados que yacen bajo los bosques boreales de Canadá son objeto del insaciable apetito petrolero de Estados Unidos y otros países, generando importantes impactos ambientales.
Se trata de un esfuerzo industrial de proporciones titánicas que crece a un ritmo vertiginoso. Y el ambiente sufre a escala similar.
Extraer petróleo de arenas alquitranadas –o petroleras– a unos 60 metros por debajo de la alfombra aparentemente infinita de abetos, lagos y humedales en el norte de la meridional provincia de Alberta no solamente es caro. También es altamente contaminante.
«El petróleo de arenas alquitranadas tiene mayores impactos ambientales que cualquier otro método de producción petrolera», aseguró a Tierramérica Dan Woynillowicz, investigador del no gubernamental Instituto Pembina, en Calgary, Alberta.
Las arenas alquitranadas están contenidas en tres importantes áreas por debajo de 140 mil 800 kilómetros cuadrados de Alberta nororiental. Desde 1973 hasta la fecha, apenas dos por ciento de este total estuvo involucrado en la producción de petróleo, según datos del gobierno de Alberta.
Esta enorme superficie es la segunda mayor reserva probada de petróleo del mundo, luego de Arabia Saudita, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. La Asociación Canadiense de Productores de Petróleo y la anglo-holandesa Shell Oil sostienen que las reservas de Canadá son las más grandes del mundo.
Canadá se convirtió en el mayor proveedor de petróleo de Estados Unidos. Más de 2,1 millones de barriles de oro negro van al sur cada día del año, suministrando alrededor de 10 por ciento del total de petróleo y gasolina estadounidenses. La mitad de esa cantidad procede de las arenas alquitranadas de Alberta.
Su desarrollo ya es el proyecto industrial más grande del mundo. Y con los precios de la energía por las nubes, empresas petroleras de todo el mundo planean invertir 110 mil millones de dólares para expandir las operaciones, esperando triplicar la producción en los próximos 10 a 15 años.
Más oleoductos pronto atravesarán Alberta para exportar todo ese oro negro.
La semana pasada, una firma canadiense propuso construir una cañería de tres mil 300 kilómetros de largo y costo de tres mil 600 millones de dólares, con conexión en Texas, para que 400 mil barriles diarios de crudo procedente de arenas petroleras sean refinados en gasolina para 2011.
China propuso que una tubería de mil 160 kilómetros y dos mil 500 millones de dólares transporte petróleo desde Alberta a través de las Montañas Rocallosas hasta la costa occidental de Canadá.
Hay ocho o nueve propuestas sobre la mesa, incluyendo oleoductos a California, dijo Greg Stringham, vicepresidente de la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo.
Algunas ya comenzaron como una expansión de las cañerías hacia el medio-oeste de Estados Unidos y a la costa occidental de Canadá, comentó Stringham a Tierramérica.
«No hay ninguna otra parte del mundo donde se invierta tanto dinero» en esto, afirmó Woynillowicz.
La minería a cielo abierto ha sido la principal técnica para llevar las arenas alquitranadas a este punto. Las excavadoras hidráulicas extraen entre 80 y 90 toneladas de rocas y arena y las vierten en los camiones basculantes más grandes del mundo, los Caterpillar 797B, que miden 7,6 metros de longitud y pesan 623 mil 690 kilogramos cuando están vacíos.
Muchas operaciones también tienen enormes sistemas de cintas para transportar el material a plantas procesadoras donde el alquitrán es literalmente evaporado de la arena con agua hirviendo.
Alrededor de 90 por ciento del alquitrán es recuperado. Tiene que ser procesado agregándosele hidrógeno, calor extremo –hasta 500 grados– y presión, y eliminando el nitrógeno y el azufre antes que se convierta en lo que se conoce como crudo sintético liviano y dulce.
«Es descartar el fondo del barril de petróleo para obtener petróleo de las arenas alquitranadas», dijo Woynillowicz.
La minería no sólo destruye grandes áreas, sino que el proceso, muy intensivo en materia de energía y agua, emite enormes volúmenes de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
* Colaborador de Tierramérica.
También produce enormes cantidades de residuos. Casi dos toneladas de arena deben ser excavadas y procesadas para hacer un barril o 158 litros de petróleo. Por cada mil litros de petróleo embarcados hacia el sur, quedan atrás seis mil litros de desechos.
Syncrude, el mayor operador de arenas alquitranadas y emprendimiento conjunto entre ocho empresas de energía estadounidenses y canadienses, tiene 300 millones de metros cúbicos de desechos encerrados en su sudoccidental Planta de Almacenamiento de Arena.
Aún más líquidos son almacenados en el vertedero de residuos de la cuenca del Lago Mildred, de 22 kilómetros cuadrados.
Dado que es una zona donde abundan las aves, hay que usar balas de salva y espantapájaros para mantenerlas alejadas, dijo Rick Schneider, de la Sociedad Canadiense para los Parques y la Naturaleza en Edmonton, Alberta.
Stringham señaló que las firmas petroleras trabajan en nuevas técnicas para usar menos agua y solucionar el tema de los desechos.
Pero expertos del Consejo Nacional de Energía de Canadá dijeron en 2004 que ese desafío es «sobrecogedor», dado que no existe una técnica conocida.
Para 2020, apenas dos compañías producirán más de mil millones de metros cúbicos de desechos, según el informe del Instituto Pembina titulado «Fiebre de Arenas Petroleras», publicado en noviembre de 2005.
«Los impactos ambientales de las arenas petroleras son astronómicos»; dijo Lindsay Telfer, del Club Sierra de Canadá en Edmonton, Alberta.
Las emisiones de gases invernadero, la destrucción de bosques y humedales y la fragmentación, contaminación del aire y el agua, desechos tóxicos y los impactos sanitarios y sociales, todo está en las arenas petroleras de Alberta, dijo Telfer en una entrevista.
Incluso el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, hizo hincapié en la importancia de estas arenas.
En una entrevista en la revista Rolling Stone en junio, Gore dijo que usar las arenas alquitranadas de Alberta para proveer a Estados Unidos de petróleo era «verdaderamente loco», por sus impactos ambientales.
«Este es el mayor asunto ambiental en Canadá», coincidió Telfer.
* Colaborador de Tierramérica.
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ACENTOS
Cien millones de árboles para Venezuela
POR HUMBERTO MÁRQUEZ
Las áreas reforestadas permitirán recuperar en cinco años una superficie equivalente a 140 mil hectáreas de bosques que se pierden anualmente.
CARACAS.- Venezuela implementa un programa quinquenal de reforestación de cabeceras y cursos de ríos tributarios del Orinoco destinado a plantar 100 millones de árboles sobre 150 mil hectáreas, con más de 900 comités conservacionistas y alumnos de un centenar de escuelas.
«Campesinos que antes talaban un trozo de tierra para cultivos o hacer pastar a unas vacas, ahora se encuadran en la actividad agroforestal para obtener mejores ingresos y reconciliarse con el paisaje», dijo a Tierramérica el viceministro de Conservación en el Ministerio de Ambiente, Miguel Rodríguez.
El programa, llamado «Misión Árbol», fue presentado el último domingo de mayo, Día del Árbol, por el presidente Hugo Chávez, quien con un grupo de niños sembró arbolitos en el Parque Nacional El Ávila, que separa a Caracas del mar Caribe.
Luego se recolectaron semillas de especies frutales y forestales autóctonas, con la participación de 926 comités conservacionistas, de mayoría femenina y campesina, que presentaron 495 proyectos junto con el Ministerio y 95 escuelas.
Misión Árbol –que para el primer año tiene un presupuesto de 23 millones de dólares– también financia la creación de viveros.
El Ministerio estableció unidades de asistencia técnica y control de los proyectos.
«De nada serviría entregar el dinero –entre 15 mil y 25 mil dólares por proyecto– y luego abandonarlo, por lo que hay una evaluación constante y el dinero se entrega al comité de verificación de metas cumplidas», dijo Rodríguez.
Los comités actúan en áreas previamente evaluadas por el Ministerio como requeridas de recuperación.
Aunque hay 33 cuencas y minicuencas involucradas, el programa se centró en la zona norte de la gran llanura formada por la cuenca del Orinoco, que abarca más de un millón de kilómetros cuadrados de tierras venezolanas y colombianas.
Sin embargo, alcanzó ya a varias comunidades indígenas y de mineros que actúan en el sudeste. El gobierno quiere desplazar a otras actividades a quienes practican la minería artesanal ilegal en las zonas altas de los ríos Caroní y Caura, aunque los 47 viveros que generarán 500 mil plantas para 680 hectáreas son allí como una gota en el mar.
Esos viveros desarrollan especies autóctonas maderables cuya explotación comercial está vedada, como la caoba (Swietenia mahagoni), el cedro (Cedrela adorata), el pardillo (Cordia alliodora), el saqui-saqui (Bombacopsis quinata) y el araguaney (Tabebula chrysantha), árbol nacional.
Pero el plan dista de resolver la deforestación en Venezuela. Rodríguez admitió que el área que se sembrará permitirá recuperar en cinco años una superficie equivalente a los bosques que se pierden anualmente, los que estima en 140 mil hectáreas de los 90 millones que posee el país.
Aproximadamente la mitad del territorio venezolano está cubierto de bosques, en su mayoría al sur y sudeste. Organizaciones ecologistas no gubernamentales discrepan con las cifras del gobierno y estiman que la deforestación es entre 240 mil y medio millón de hectáreas por año en las últimas dos décadas.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Venezuela tiene 56,9 millones de hectáreas, casi 60 por ciento de su territorio, bajo algún régimen de protección ambiental, incluidas 11,3 millones de hectáreas de reservas forestales.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la cobertura boscosa del país pasó de 62 por ciento en 1977 a 54 por ciento en 1995, dando cuenta de una deforestación de 400 mil hectáreas anuales en ese periodo.
Rodríguez cree que la tendencia actual es mucho menor. La ministra del Ambiente, Jacqueline Farías, propuso un censo forestal.
El biólogo Diego Díaz, presidente de la organización ambientalista Vitalis, recordó a Tierramérica que la FAO y el PNUD se alimentan de estadísticas gubernamentales «y la deforestación debe ser mayor de lo que se admite oficialmente, porque siguen expandiéndose las fronteras urbana y agrícola, además de la depredación asociada a la minería y a la explotación maderera no registrada».
«Es bienvenida la reforestación, aunque no se nos informó si esta misión es combinada con adecuados planes de ocupación de territorio y respeto por la vocación de los suelos.
* El autor es corresponsal de IPS.
Es vital la participación de la comunidad. Experiencias en otros países dan cuenta de una actitud perversa, con individuos que dañaban una zona para obtener recursos con los que reforestarla», dijo Díaz.
Destacó que «reforestar no es sólo recuperar los árboles, sino todos los estratos del bosque, incluidos los no arbóreos», y puso como ejemplo la actividad emprendida por Vitalis con la privada Universidad Metropolitana para establecer un vivero de plantas autóctonas en el Parque El Ávila.
La planta mimada es el nogal de Caracas (Juglans venezuelensis), especie propia de la zona que estaba casi extinguida.
Para Rodríguez también es importante «el sentido de pertenencia recuperado por comunidades campesinas que hacen lo que muchos quisieron hacer siempre: recuperar la tierra de la que han vivido».
* El autor es corresponsal de IPS.
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ECOBREVES
Cuba
Falta de murciélagos altera ecología
LA HABANA.- Entre 250 mil y medio millón de murciélagos desaparecieron de la caverna del Gato Jíbaro, en la provincia cubana de Matanzas, al este de La Habana, amenazando a la flora de la zona, advirtieron especialistas. «La catástrofe es grande. En el mejor de los casos, los animales emigraron. En el peor, murieron», dijo a Tierramérica Ercilio Vento, presidente de la Sociedad Espeleológica de Cuba. Estos mamíferos preservan el equilibrio ecológico devorando insectos y colaborando en la polinización de las plantas y la diseminación de semillas. Fueron desplazados por cucarachas que llegaron al lugar hace unos 10 años, atraídas por los desechos que comenzó a verter una fábrica alimenticia cercana. Posteriormente, el lugar se limpió, pero las cucarachas se quedaron. Cuba tiene 27 variedades de murciélagos de las alrededor de dos mil que existen en el mundo.
Brasil
Aire limpio para ciudades latinoamericanas
RIO DE JANEIRO.- Transporte sustentable, que representa mejor calidad de vida y menos gases de efecto invernadero, es el tema de la conferencia de la Iniciativa de Aire Limpio en Ciudades de América Latina, que reunirá a expertos, gobernantes y ambientalistas en Sao Paulo del 25 al 27 de julio. La Iniciativa, mecanismo de cooperación entre siete grandes metrópolis, agencias de desarrollo, empresas y organizaciones no gubernamentales y académicas, busca desde 1998 reducir la contaminación urbana, promoviendo capacitación, intercambio de experiencias y tecnologías, además de catalizar el diálogo entre distintos sectores.
Esta conferencia abre una nueva fase, cuyo principal objetivo es «consolidar una estrategia regional para mejorar la calidad del aire», contando con un instituto para ampliar adhesiones, financiamientos y planes de acción, dijo a Tierramérica Sergio Sánchez, secretario ejecutivo de la Iniciativa.
Chile
Minera estatal será investigada
SANTIAGO.- La Cámara de Diputados de Chile acordó por unanimidad investigar la eventual responsabilidad de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) en la contaminación del estero Carén, ubicado en la capital. La minera posee un depósito artificial de agua para verter sus desechos cerca del estero, que es empleado para el riego y el consumo por parte de animales. Debido a una filtración, se derramaron desde el embalse 10 mil litros de residuos líquidos, provocando la muerte de vacunos y la destrucción de flora y fauna silvestre. La directora del no gubernamental Programa Chile Sustentable, Sara Larraín, dijo a Tierramérica que lo grave no sólo es la «contaminación con molibdeno y sulfato de toda la cuenca del estero», sino también la irregular aprobación de un decreto ambiental en 2005, que fija a Codelco parámetros menos restrictivos que otras mineras para arrojar sus residuos allí.