Mini jardines: un palmetum

Mini jardines: un palmetum

Dentro de esta serie de propuestas de Mini Jardines y Mini Zoológicos, a ser establecidos o fomentados en nuestra geografía, uno que puede tener una gran atracción para sus visitantes, sean nacionales o extranjeros, lo es un palmeto o palmetum. En otras palabras un jardín de palmeras.

Es cierto que la belleza de nuestro Jardín Botánico Nacional se expresa en parte debido a las exhibiciones de muchas palmeras que se encuentran en sus jardines, pero no de manera individual o segregada como los existentes en otras naciones.

Las colecciones de palmeras o los coleccionistas de palmas, son frecuentes en  muchas sociedades por la belleza que estas expresan, pues las hay en diferentes climas y condiciones, pero son muy atrayentes por ser como un símbolo tropical, además de su fácil mantenimiento aunque de muy lento desarrollo.

Las palmas para muchos autores, y con razón, no se consideran  árboles, pero dependiendo de las variedades, y existen cientos de estas, muchas podemos verlas como tales.

Imaginemos nosotros si en comunidades turísticas, como ejemplo citamos a Puerto Plata, Samaná o San Pedro de Macorís, establecen de manera coordinada con las instituciones que inciden en el turismo estas colecciones.

Solo pensemos la exposición de una docena de diferentes variedades de cocoteros, lo que serviría de atractivo para los visitantes externos, pero además de los nacionales.

Un caso muy específico puede ser la combinación de especies cuando se expongan las palmeras criollas con ciertas importadas, donde se muestren una veintena de estas. Tenemos palmeras endémicas bellas.

En todo jardín deben permanecer en la mente de sus conceptualizadores o diseñadores, principios básicos como que estos sean educativos, científicos, recreativos, simples y sostenibles, siendo estas algunas de las condiciones fundamentales para atraer visitantes. Estas colecciones o palmetos, necesariamente no tienen que estar en zonas costeras o turísticas, solo las enunciamos, pues lo ideal y lo que perseguimos con este serial sobre el tema, es mostrarle a las comunidades del país que con poco se puede lograr mucho.

Estos parques, realmente temáticos y especializados, serían estímulos para visitantes a hacer turismo interno. ¿Quién quita que alguien se anime a ir a San José de Ocoa, Santiago Rodríguez o a Bonao a visitar estas exhibiciones?.

Es lógico pensar que cualquier accionar tendente a estimular el establecimiento de los Mini Jardines o Mini Zoológicos, debe estar relacionado con otras acciones culturales, pudiendo ser la culinaria nuestra u otras expresiones de arte y artesanías.

Imaginemos un Mini Jardín de palmeras relacionado a una tienda que exponga la fabricación o tejido de las fibras variadas de estas y dónde se puedan conseguir árganas, alfombras, macutos, sombreros, sillas, entre otros productos que provienen de estas plantas.

El tejido de las palmeras o sus fibras, bien puede estimular una pequeña industria en las comunidades donde se establezcan, nuestros sombreros, carteras y macutos, bien hechos son valorizados por los turistas.

Existe un caso muy conocido en artesanías y es el sombrero de fibras del jipijapa, pero aquí tenemos el yarey criollo o el cubano, que bien puede desarrollarse.

Además, ¿qué pensaría usted si en este parque se pueden degustar una buena agua de coco, un dulce de coco, un pescado con coco, una canquiña de coco, en fin son tantas las cosas que se pueden estimular demostrando que este es un país bello y de grandes potencialidades de desarrollo económico?

Esta degustación, en un restaurante o parador hecho con troncos de cocoteros, en tablas de palma, techado en cana peinada y sentado en sillas de guano, con vasos hechos de coco, ¿que más se quiere? Esto servirá, además, para promover la siembra de estas palmas de manera comercial como se siembra el pejiballe para el palmito, el cocotero o la aceitera.

Todos debemos recordar que el entretenimiento sano es un derecho del ser humano, pero para otros proveer este entretenimiento puede ser su modo de vida y, como vimos, los parques de plantas o animales bien pueden formar parte de una política de desarrollo turístico que favorezca a esta importante industria, pero que además estimule otras áreas. 

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