Ministerio de Educación. Funciones y retos

Ministerio de Educación. Funciones y retos

El 20 de julio publiqué un artículo en el periódico Hoy y el 26 fui entrevistado en el programa El Despertador de Antena Latina. En ambos, el tema fue la educación. Un amigo que mostró interés me conversó a largo y me pidió si pudiera precisar más las funciones y retos del Ministerio de Educación.

Con gusto. Mi principal aporte consistiría  en insistir que antes de nombrar al ministro  se debería tener una idea, lo más clara posible, de la misión y plan que se busca implementar. El ministro está al servicio del plan. Creo que bastaría con escuchar, por una jornada de trabajo, a todo el que esté interesado y ya sea hablado y/o por escrito, haga llegar sus ideas. Un buen relator recogería sus ideas y las haría públicas. Una primera idea, ya  repetida,  es el principio de continuidad. Hay que superar el mal de la permanente invención de planes y proyectos y dar continuidad a lo que se tiene. Evaluarlo, valorarlo, enriquecerlo y llegado su tiempo, renovarlo. Hay que temer a la burla que rodea  las metáforas de “cada uno tiene su librito  y escobita nueva siempre barre bien” que se aplica a los nuevos incumbentes.

El manejo del tiempo. Es cierto que funcionarios y gobiernos están presionados por la brevedad del tiempo. Pero hay que evitar premuras y también dilaciones con frecuencia características de las administraciones públicas. Todo tiene su tiempo y el que maneja el tiempo maneja la historia. Iniciar lo que se sabe que se le va  a dar acompañamiento  y termino, y si no lo puede, se trasmite con apostura  a las nuevas administraciones. Respeto a los recursos. Desde las primeras lecciones sabemos que las necesidades son ilimitadas y los recursos limitados. Aquí también nos movemos entre dos extremos. Dejar agotar los recursos en almacenes o a la intemperie, o distribuirlos pródigamente. Las tantas necesidades de la escuela no se resuelven con diez conserjes cuando falta una psicóloga, ni la carencia de tiza y pizarrón con cinco plasmas.  Medir las capacidades. Ya hace mucho que se sabe que el estado docente no es viable, que no puede con las ingentes demandas de una población tan joven que demanda educación. Hay diversas formas de cooperación: escuelas privadas, escuelas oficializadas, escuelas públicas de gestión privada. El Ministerio debería recabar la cooperación y bien articular los aportes. Llegar a  un acuerdo con ADP que garantice un régimen de remuneración profesoral y de servicio al  Sistema Nacional de Educación. El Sistema es anterior y superior al Ministerio. El Ministerio sirve al Sistema. El Sistema apoya en la figura del docente. El docente dominicano actual debería enlazar con la tradición hostosiana, pero también católica que se gestó, cuando agotado el modelo normalista después del golpe de Estado de abril de 1902 y la asonada de marzo de 1903,  perdió  impacto filosófico y político (constitucional)  y espontáneamente se fundió con las tradiciones católicas dando un maestro consagrado al servicio de la escuela. Modelo a seguir es la profesora Ercilia Pepín (Santiago, 1886-1939).

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