Ministerio de la Juventud ¿Para qué ha servido?

Ministerio de la Juventud ¿Para qué ha servido?

Silvia Soto Fernández

Por: Silvia Soto Fernández

El Ministerio de la Juventud nace el 26 de julio del año 2000, con la promulga la Ley General de Juventud, Número 49-00.El artículo I de dicha ley, establece que el objeto instaurar el marco jurídico, político e institucional que oriente las acciones del Estado y la sociedad en general hacia la definición e implementación del conjunto de políticas necesarias para lograr la satisfacción de las necesidades y expectativas de la población joven de la Nación, así como una efectiva participación de los jóvenes en los procesos de toma de decisiones.

 El artículo 2 dice que su finalidad es propiciar el desarrollo integral de los y las jóvenes sin distinción de género, de religión, política, racial, étnica u orientación sexual, y de nacionalidad. Y su único párrafo dice: que esta  deberá contribuir a la integración de los jóvenes a la vida nacional en los ámbitos político, económico, social, y cultural, así como también garantizar el ejercicio de los derechos humanos, civiles, políticos, económicos y sociales que permitan a los y las jóvenes su participación plena en el desarrollo de la Nación.

La ley de la Juventud establece un rango de edad entre 15 y 35 años al periodo de la juventud, y de acuerdo a  estimaciones poblacionales de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el 33.9% de la población total del país era joven en 2018, y, de ella, 36.9% se ubica entre 18 y 24 años, que resulta el principal subgrupo etario, seguido del subgrupo conformado por las personas de 25 a 29 años (24.4%), el subgrupo compuesto por las personas de 30 a 35 años (22.2%) y, finalmente, el subgrupo integrado por las personas de 15 a 17 años (16.5%).

A pesar de la Existencia de una Ley de la Juventud y del Ministerio de la Juventud, cuya responsabilidad básica es como ya dijimos, la de impulsar políticas públicas que garanticen la mejoría de las condiciones socioeconómicas de los jóvenes y su inclusión en los espacios de poder y toma de decisión, la situación de la juventud dominicana es desoladora. Veamos las razones:

De acuerdo a un estudio realizado por la entidad Word Visión el país ocupa el primer lugar de la región en desempleo juvenil. Y existen 850,000 jóvenes entre 15 y 29 años que ni trabajan ni estudian. Otro grave problema que aqueja a la juventud dominicana de manera especificas a las jóvenes es la alta tasa de embarazo lo que les genera pobreza y los convierte en presar fáciles para integrar el ejército del crimen organizado pues como es sabido, más del 80% de las personas que delinquen tienen entre 15 y 35 años.

Por otro lado, el país ocupa uno de los 5 lugares en embarazo de adolescentes en Latinoamérica y el segundo en el Caribe lo que constituye un factor esencial en la reproducción de la pobreza de las mujeres ya que Según un estudio sobre el análisis de situación poblacional en la República Dominicana (UNFPA, 2017), el embarazo es la principal razón para no asistir a la escuela entre las adolescentes.

La pobreza y la falta de acceso y derechos a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la gama de anticonceptivos y los matrimonios precoces, se encuentran entre los principales causas de embarazo adolescente y a pesar de que   la Ley de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) reconoce el derecho a ser informado/a y educado/a sobre salud sexual y reproductiva, el 68% de los estudiantes no recibe educación integral en sexualidad. De acuerdo a dicho estudio, en el 2017, el 23% de las mujeres de 20 a 24 años ya había estado casada o en unión a los 18 años y el 5% a los 15 años”.

El estudio también afirma que el país  ocupa el primer lugar con el 12.3% de las mujeres de 20 a 24 años casadas o en unión antes de los 15 años y 35.6 % antes de los 18 años. En uno de cada cuatro casos, los cónyuges son por lo menos 10 años mayores.

Como hemos podido ver, los principales problemas que afectan a los jóvenes dominicanos son por un lado, la falta de oportunidades tanto para la formación como para los empleos. Si bien hay que reconocer que el gobierno dominicanos tiene programas y ofertas formativas de gran impacto encabezadas por el Instituto de Formación Técnico-profesional INFOTEP), no menos cierto es, que no es suficiente o hay un segmento de la población juvenil que aunque tenga la oportunidad en ocasiones no la puede aprovechar, que son los más pobres pues se encuentran ate la disyuntiva de: si estudiar o sobrevivir. Es decir, deben ganarse la vida en el día a día.

Por el otro, la alta tasa de embarazo en las adolescentes, problema que no se podrá enfrentar mientras sectores conservadores de la iglesia se opongan a la educación sexual en las escuelas. A propósito esta negativa no hace más que llenar de asombro al ver que en la era posmoderna  en el siglo XXI todavía en el país se esté discutiendo si el gobierno tomará la decisión por encima de las iglesias.

En cualquier caso, la realidad es que el Ministerio de la Juventud se ha mantenido ausente de los debates sobre las principales problemáticas de la juventud y  se ha constituido en un elefante negro pues además de que ha dedicado su existir tan solo  a facilitar becas las cuales han beneficiado normalmente a hijos y relacionados de los funcionarios, también se ha hecho célebre por los escándalos de corrupción.

A los ministros de la Juventud les  ha faltado  de comprensión sobre el rol de la institución, nunca han asumido un rol protagónico en los debates respecto las problemáticas mencionadas que aquejan a la juventud, como los mencionados desempleos, embarazos en las adolescentes, la violencia juvenil, el consumo de drogas etc. No han sido capaces de tomar la iniciativa en la elaboración de para apoyar el bienestar de los jóvenes, de asumir como organismo responsable la gestión y canalización de la implementación de las políticas públicas que desde el Estado se implementan a favor de este segmento poblacional.

Esperamos que con la designación del nuevo ministro, por fin esta institución reoriente sus rumbos…

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