Ministro dominicano propone crear riqueza como antídoto contra criminalidad

Ministro dominicano propone crear riqueza como antídoto contra criminalidad

Lugo (España), (EFE).- El ministro de Interior y Policía de la República Dominicana, Franklin Almeyda, aseguró hoy que el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita debe estar por encima de los 10.000 dólares anuales en América Latina, a fin de superar la violencia y atajar la criminalidad en Latinoamérica.

Almeyda hizo esa consideración en la Cumbre de Alcaldes, Alcaldesas y Ciudades sobre Drogas de Europa, América Latina y El Caribe, que reúne, desde ayer y hasta mañana, en Lugo (Galicia, noroeste de España) a representantes de 41 ciudades de 34 países .

En la inauguración de la segunda sesión de la Cumbre, el ministro dominicano aseguró que los países que tienen una tasa de crecimiento del PIB per cápita por encima de los 30 dólares diarios (más de 10.000 dólares al año) logran una tasa de criminalidad muy baja.

Almeyda señaló que, a medida que el PIB per cápita disminuye, sube la tasa de criminalidad y la convivencia social «se resiente» cuando baja el PIB, al tiempo que desciende el «bienestar y la calidad de vida».

El titular dominicano de Interior reveló que la tasa de pobreza en América es del 35 por ciento, y la de criminalidad del 16,2 por ciento, sólo superada por África con un 53,3 por ciento de tasa de pobreza y un 20 por ciento de criminalidad.

En Europa, puntualizó, esas cifras descienden hasta el 10,4 y 5,4 por ciento, respectivamente.

Países como Honduras (58 por ciento), Trinidad y Tobago (42,31 por ciento), Sierra Leona (50 por ciento) y Angola (40 por ciento) son los que, según los datos aportados por el ministro, presentan los mayores porcentajes de tasa de criminalidad.

Almeyda aseveró que la crisis global provocó un decrecimiento del PIB en América Latina en 2009, y subrayó que es un «hecho aceptado» que la criminalidad impone costos en el crecimiento económico y el desarrollo humano.

Además, el responsable gubernamental dominicano cree que la crisis impactó «de manera desproporcionada» en los estados frágiles o afectados por conflictos, y redujo la buena gobernabilidad, lo que se traduce en una pérdida de confianza. EFE

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