Minoría digna de mucho respeto

Minoría digna de mucho respeto

La democracia representativa es, por definición ideal, el poder de las mayorías para las mayorías. El prócer estadounidense Abraham Lincoln así lo postulaba. Sin embargo, nuestra práctica democrática particular suele desnaturalizar ese principio. Los grandes partidos renuncian a los principios hasta en perjuicio de su propia democracia interna y de los derechos de sus militantes. El clientelismo de que se nutren es caldo de cultivo para que surjan grupos minoritarios que se alían para negociar puestos.

Sin embargo, hay en esta misma democracia descompuesta, fuerzas minoritarias respetables, que no transigen con los principios y que no se pliegan a las grandes causas contaminadas. Este miércoles el Grupo de Comunicación Corripio se honró teniendo a varios partidos pequeños como invitados a su almuerzo semanal. Sus candidatos se presentan como opción sobre la base de un intercambio productivo con sus respectivas comunidades.

A pesar de no disfrutar del poder económico de los grandes, entre los candidatos de estos grupos pequeños los hay que han construido obras importantes, con apoyo de las comunidades beneficiadas y a costos sustancialmente más bajos. Son gente que cree en la integración de la gente a la solución de sus propios problemas. Hacen, antes que prometer. Son minoría respetable.

Derroche con cargo al erario

Un estudio de Participación Ciudadana  afirma que entre 2002 y 2009 los legisladores importaron, libres de impuestos, 678 vehículos por valor de 1,993 millones de pesos. El mismo estudio sostiene que de haber pagado impuestos aduanales, el fisco hubiese percibido ingresos por 1,022 millones de pesos. Sin duda es un lamentable  derroche de dinero para favorecer a un sector  que disfruta de cuantiosos ingresos y hasta legisla para su propio provecho. Todo este sacrificio fiscal pudo haber servido para cosas más nobles.

Por ejemplo, la escuela de Comedero Arriba, en Sánchez Ramírez, fue construida en 1950. Su estructura está tan deteriorada que ya hubo que clausurar una de las siete aulas que acogen a sus 200 estudiantes. El peligro de desplome, en medio de la actual racha sísmica, es algo a tener presente. Con el sacrificio fiscal destinado a privilegiar a los legisladores se hubiese solucionado este problema, y tal vez otros más.

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