Minou Tavarez Mirabal – Mitos y chantajes

Minou Tavarez Mirabal – Mitos y chantajes

En las últimas semanas de campaña electoral los principales voceros del continuismo reeleccionista -tanto los políticos, los técnicos e intelectuales, así como el propio Presidente Hipólito Mejía ante la Asamblea Nacional- se dedicaron a vender la idea, el mito y el chantaje de que con el PLD en el poder no habría «gobernabilidad» ni paz social.

Para los ciudadanos de mayor nivel cívico y democrático, de mayor conocimiento histórico, esto debió resultar no solo decepcionante sino particularmente indignante.

El argumento era que el PLD no tendría Congreso ni ayuntamientos para concertar un gobierno eficaz por lo que sin el PRD en el Poder Ejecutivo, de ninguna manera habría «paz social».

A pesar de que afortunadamente tan descarada estrategia electoral no tuvo los resultados esperados, sería un error ignorarla ahora.

Las declaraciones posteriores al 16 de mayo de algunos de sus dirigentes, indican que es probable que en lugar de revisarse con la autocrítica honesta y regeneradora que tanto necesitan, luego de que se les pase el bochorno y el pesar amargo de la derrota, los del pepehache intenten impedir por todos los medios posibles el buen gobierno del PLD y el accionar colectivo que conduzca a la pronta superación en la que su incompetente e imprudente gobierno sumió al pueblo dominicano.

Para ello debemos prepararnos.

Se hace imprescindible recordar en primer término que el anterior gobierno del PLD, con menos poder congresional del que tendrá ahora, con un solo Senador y con tan solo 12 diputados, tuvo mucho mejor desempeño que el actual del PRD con su cómoda mayoría en ambas cámaras. Y si la ciudadanía percibe que el PRD no acata en el Congreso, en estos dos años próximos, el mandato y el mensaje implícitos en el actual resultado electoral, si el PRD usa a sus congresistas para sabotear una buena gestión de gobierno del PLD que intente sacarnos de la crisis, entonces en la campaña congresional del 2006 se volverá a repetir la inefable consigna: «E pa’fuera que van».

Francamente éste no es mi deseo ni creo que le conviene al país ni a ninguno de los partidos del sistema pues buena parte de los ciudadanos y ciudadanas ya tienen muy mala opinión de los políticos y del Congreso. Diferentes encuestas reflejan que esa opinión tiende a agravarse hasta provocar el derrumbe de la partidocracia tradicional -como ya ocurrió en Perú y en Venezuela cuando surgieron Fujimori y Chávez- si en los partidos no aprendemos a autoevaluarnos, a autocriticarnos y a mejorarnos.

La ciudadanía acaba de dar una muestra contundente, al igual que en elecciones anteriores, de que no le pertenece a ningún partido, de que está actuando con criterio propio y de que los partidos tenemos obligaciones que cumplir.

Durante la campaña electoral recién finalizada, implícita y explícitamente, el PRD cada vez que dijo que no habría un Congreso al servicio de resolver la crisis y que sabotearía la «paz social», mandó un mensaje de evidente desafío y amenaza a la expresión de la voluntad soberana de la mayoría que se avecinaba. Una voluntad que tiene que ser respetada si queremos vivir en democracia y construir un mejor país.

El país celebra hoy que la amenaza y el chantaje no funcionarán para amedrentar el voto, pero si ese grupo que ha impuesto a la fuerza su mayoría dentro del PRD vuelve a aquivocarse tratando de hacerla verdad, la ciudadanía lo tomará en cuenta en el 2006.

Se impone entonces que cumplamos todos y todas con nuestro deber y con nuestra responsabilidad pues la ciudadanía demostró estar dispuesta a cumplir con los suyos. La masiva y ordenada votación lo demostró. Ahora nos corresponde a la dirigencia de los partidos y a los legisladores mejorar con nuestra actuación la labor y la imagen del Congreso Nacional.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas