Hoy en día hay un nuevo mundo tanto a nivel informal como con nuevas empresas micro y pequeñas que han surgido de las necesidades que demanda la sociedad
Los cambios sociales y normativos, la digitalización y la pandemia han empujado a nuevas formas de negocios así como el surgimiento de nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) dentro de la informalidad que merecen la atención del Estado. Para ello se requiere investigaciones que caractericen este fenómeno y que se creen los mecanismos para llevar esas empresas a su crecimiento y formalización.
Este planteamiento corresponde a Marina Ortiz, directora ejecutiva del Fondo para el Financiamiento de la Microempresa (Fondomicro), con múltiples trabajos sobre el sector.
En 2013 Fondomicro publicó una investigación de Ortíz junto a Miguel Cabral y Rita Mena sobre las mipymes en el país, que representó una amplia radiografía que recogió 10 años de evolución y situó en 791,236 las existentes, con 1.6 millón de empleados y una producción estimada en 38% del PIB.
Hoy en día estas cifras son mayores, reconoce Ortíz, debido a las nuevas dinámicas económicas.
Cambios
Ortíz destaca que cada días las regulaciones apuntan a una formalización de las Mipymes. Por ejemplo las empresas grandes a quienes les prestan servicio le exigen comprante fiscal porque deben reportar sus compras. Además los medios de pagos digitales cada día son mayores, por lo que para sacar un instrumento o formar parte de una de esas aplicaciones para cobros con tarjeta se requiere estar formalizado.
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«Hay cada vez mayor una tendencia del mercado con este fenómeno de la digitalización», apunta.
Institucionalidad
Ortiz destaca los esfuerzos desde el Estado por incorporar las microempresas al sector formal para lo cual se han adoptado cambios en las leyes como reducción de requisitos para constituir una empresa se puede tener una de forma individual (Empresa Individual de Responsabiliad Limitada) o una de dos o más (Sociedad de Responsabilidad Limitada).
Además los programas crear una ventanilla única que facilita la formalización a costos muy bajos.
Y del lado fiscal se ha creado el Régimen Simplificado de Tributación para facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Igualmente las diferentes instituciones bancarias han facilitado la atención en términos ágiles.
Digitalización
La pandemia provocó el surgimiento de nuevas Mipymes y formas de negocios que aprovechan al máximo la digitalización.
En este punto Ortiz refiere que hoy en día los colmados reciben mayoría de pedidos por whatsapp y algunos cobran de forma electrónica con tarjetas o por transferencias.
Estas formas de compra, venta y pago se han extendido a diversas modalidades de comercios que se pueden encontrar en las redes sociales donde se ofrece una gran variedad de artículos y servicios.
“Eso también te habla de un mundo informal a nivel de la digitalización porque no necesitas los medios de pagos formales, no estás manejando efectivo, pero a la vez estas dando el servicio”, explica Ortiz.
Sugiere que hacer investigación sobre el sector de las microempresas que tiene un antes y un después de la pandemia. Destaca que Fondomicro tiene de 32 investigaciones que abarcan diversos tópicos.
¿Qué tan positivo para la economía son las mipymes?
Ortíz comenta que el sector de las Mipymes tiene cada vez mayor participación en la economía.
Destaca además que la recuperación de empleos después de la pandemia ha sido mayor en el sector informal que acoge al 58 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), según estadísticas del Banco Central.
Considera que esta dinámica económica de recuperación es positiva para el sector, tomando en consideración que las Mipymes atiende a donde el sector formal no llega.
«Por ejemplo en un nueva urbanización que surge: el colmado, el salón de belleza, pequeña ferretería, venta de ropa, comida, pero no llegan los grandes supermercados. Entonces las dinámicas internas de muchos barrios se dan alrededor de micro y pequeñas empresas, esa dinámica hace que las micro jueguen un rol relevante en la economía en general», señala la experta.
Sin embargo, Ortiz admite que hay mucho empleo de baja calidad en el sector Mipymes, ya que si bien es cierto que constituye una alternativa lo ideal sería una expansión de empleos decentes en el sector formal.
Refiere que muchas veces los empleados de una microempresas no tienen seguros, prestaciones y sus condiciones realmente son muy limitada en torno a lo que es un empleo de calidad.