Miquel Barceló “Metamorfosis” en el Museo Picasso de Málaga

Miquel Barceló “Metamorfosis” en el Museo Picasso de Málaga

La muestra también presenta seis cuadernos de viaje a los que ya este fenomenal artista mallorquín nos había acostumbrado desde su itinerancia por el país Dogón, al que viajó y donde residió en varias circunstancias.

Nos atrae la atención y la curiosidad del título “metamorfosis”, que obviamente, nos referencia a la obra relato de Kafka publicado en 1915, pero Miquel Barceló tiene una atracción hacia el viaje, la experiencia del contacto con diversas culturas, pero también la libertad del roce con grandes posibilidades de manejo y manipulación con distintos soportes y medios creativos.

Hemos conocido a Miquel Barceló en su taller parisino en el Marais, por cierto muy cerca del museo Picasso de la capital francesa, la diversidad creativa tanto en cerámica, como en dibujo, escultura y pintura, nace siempre de la realidad que mira y que toca, manteniendo una reflexión interior y apasionada que lo conduce a una versatilidad profunda en la investigación de nuevos soportes, la interrelación entre técnicas y periodos artísticos, como también algo que caracteriza su curiosidad intelectual por la fascinación del arte arcaico de la mitología, así como la atracción hacia la tauromaquia.

Barceló crea y produce con una fascinante capacidad de trabajo y una entrega física y mental, porque lo crea en el lugar y sitio donde le surge la obra. Todavía lo recordamos en plena juventud tirado al piso con su tela, rodeado de una cantidad de artefactos para aguar, espesar, extender el trazo y el color, siempre asechando el accidente posible que sabrá transformar en un detalle que venga a reforzar el conjunto y la totalidad del resultado.

Cuando residió en Paris, cuenta que con su juventud espontánea y atrevida intentó buscar las huellas de Picasso para empaparse de su mundo, desde entonces el camino ha sido largo, intenso, convirtiendo su obra en una de las obras posmodernas más buscadas y más valoradas por los coleccionistas internacionales y por los museos de arte contemporáneo del mundo.

Su obra tiene connotaciones muy propias, porque este artista vive y se mueve en un universo propio. La tierra como el mar, funcionan con las lecturas y las experiencias en ellas, podemos dar con langostas, ostras, que sobresalen del lienzo y también se puede observar a veces reciclajes de piezas anteriores y la totalidad, el resultado nos recuerda un salpicón visual, cocinado con el duende y la fuerza de vivir.

Ese artista mallorquín se mueve entre su isla natal y París, y visita el mundo desde Europa hacia Asia y África movido por una atracción permanente. Es un alquimista, y muchos han podido conocer en su estudio de Mallorca un laboratorio donde él mismo fabrica sus pigmentos. Le encanta cocinar el color, la tesitura y manejar los polvos amarillos, azules, rojos y cobalto, para crear con intensidad ese universo inacabable. Se maneja con el arte como un “chef” y como un “obrero” cuando de cerámica se trata.

Compró una antigua alfarería con horno de leña, muros de ladrillos y cristaleras que él mismo pintó para tapizar la luz. Tiene una relación muy antropológica, pues su pasión por la arcilla le vino desde África cuando tuvo que enfrentar tormentas de viento que le impedían pintar, y cuenta que los viejos africanos del pueblo le aconsejaron hacer cerámica y que las mujeres le enseñaron. Desde entonces, trata la cerámica como una forma de pintura, como si fuese una piel y mantiene su obra una relación entre cerámica, pintura y papel.

Es un maestro de la experimentación de todo tipo de técnicas, busca siempre la mayor disposición y entrega para cada uno de sus proyectos. No hay diferencia entre el trabajo y la vida. Viaja para conocer y convivircontodas las dimensiones del arte y vive para ejecutar su obra.

La muestra “Metamorfosis” es una ambiciosa presentación donde el artista se convierte en fuerza corporal de la obra. El conjunto ha sido realizado desde el 2015 hasta hoy, y comisariado por Enrique Juncosa. Se exhiben acuarelas sublimes hechas en Asia y también nos presenta una seria de cuadros de peces que “sacan la cabeza fuera del agua”…

La fuerza del carácter así como el temperamento abierto cordial de Miquel Barceló, puede recordarnos esa fuerza y esa hombría de Picasso más, sin embargo, Barceló manifiesta en el contacto y el trato una timidez, una prudencia y humildad que permiten acercarse a él con ternura y libertad. Es un excelente anfitrión que puede brindarte atención y acogida compartiendo un vino tinto de su tierra y un pedazo de butifarra con una lonja de pan artesanal.

El éxito es para él un resultado nunca buscado, pero vivido con toda la prudencia y el distanciamiento para no perder la cabeza. Presenciamos una importante exhibición en Paris, con un público selecto y la visita del ministro de la cultura de entonces, y todavía vemos al joven maestro en una esquina tranquilo mirando a los visitantes y observando todo el protocolo con la mayor reserva. El día siguiente nos confesó: lo importante para mí es esto “mi taller”

Apreciamos en estos tiempos de pandemia se abra al público una exhibición que honre el dinamismo creativo de un artista español de Mallorca, que acepta cumplir con la función del arte con la vida. En su persona y con su obra, la pintura como la cerámica y el grabado, confirman que tienen muchas posibilidades técnicas y estéticas para todos los artistas que se planteen la obra con una dinámica entregada a la experimentación, investigación, la lectura, a la reflexión y al contacto permanente con nuevos medios y nuevos ingredientes.

Queda claro que “Metamorfosis” es el resultado de la síntesis del talento, la inteligencia, el trabajo como fuentes exclusivas para que una obra se imponga al mundo con duende y maestría.

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