Miqui, aun en tu palco de sombra hablando claro

Miqui, aun en tu palco de sombra hablando claro

MARTHA PÉREZ
No pudieron ser mejor escogidos los nombres de la colunma en el vespertino El Nacional y el espacio televisivo por Telesistema, canal 11, del periodista Miguel Angel Velázquez Mainardi, ausente físicamente desde el lunes 25 de julio a causa de una enfermedad que le truncó una eficiente gestión como embajador de la República Dominicana en Chile, que comenzaba a dar las primeras manifestaciones de que sería exitosa.

Desde Palco de sombra, Miqui, como cariñosamente le decíamos, ponía de cara al sol los más controversiales temas de actualidad, que por su «delicadeza» algunos no se atrevían ni a mencionar. Estos u otros temas siempre los abordaba de manera clara y abierta por su espacio televisivo de la media noche «Hablemos claro». Ambos espacios alcanzaron una dimensión propia de la estatura intelectual, profesional y personal de su protagonista; y de la certeza de los contenidos que a través de ellos se debatían. Y lo hacía sin pretensiones de poses político-personales ni de proyección individual; siempre estuvo presente en cada uno de estos espacios la defensa a los intereses del país y la nación; así como el reconocimiento y/o la crítica al gobernante de turno que más favoreciera estos intereses.

Así era Miqui, un hombre firme, claro en sus convicciones, sin temor a ofender porque dijera la verdad en la que creía, o a ser excluido por las mismas razones. Siempre estuvo agarrado de sus ideas, las que supo defender hasta verse «postrado» en un cómodo sillón en su habitación, cuando dejaba momentáneamente la cama en su lucha a favor de una enfermedad que no debía llevarle la vida en este momento. Decimos «a favor…» porque no la maldecía aún buscando respuestas para combatirla, y la lucha en su vida jamás fue en contra de algo ni de alguien, siempre fue en favor, hasta en la enfermedad que le arrancaba la vida. Esta última lucha, quienes le acompañamos en sus últimos días pudimos notar que también la emprendía con humildad, con paciencia y con resignación; pero con mucho valor. Con la paciencia y la resignación que sólo ofrecen la seguridad en sí mismo y en lo que se cree y se hace, no con la que resulta de «lo único que queda». ¡Qué riqueza la de este hombre!, que con el mismo coraje y firmeza que vivió el exilio, que enfrentó las inconductas de todo tipo, supo esperar el «beredicto» de un congreso dominado por congresistas que jamás le conocieron ni le conocerán, con una dilación fuera de serie, para ratificar la decisión del Presidente Constitucional de la República, doctor Leonel Fernández de enviar a un dominicano de la valía ciudadana, profesional y política de Miguel Angel Velázquez Mainardi como Embajador de la República Dominicana en Chile.

Miqui, verte partir horizontalmente sin movimiento en aquel ataúd, delicada y elegantemente vestido como de costumbre, conociendo el destino físico de tu morada, fue muy doloroso; casi inentendible. Pensando en el destino espiritual de tu morada y en el ejemplo que nos dejas lo hemos aceptado. Además de nuestros corazones y pensamientos, habrá de estar en un lugar preeminente, de esos que guarda nuestra historia para los hombres y mujeres que como tú, no sólo dejan huellas en los familiares y en los amigos sino en la sociedad en general. Supe que eras amante de la ópera y pude escuchar contigo tu preferida; tu hijo Vladimir la hizo sonar justo antes de colocarte en tu última morada, junto a su madre María Trinidad, y sus hermanos Ana María, Natacha, Ninoska, Miguel Angel y muchos amigos. ¡Qué homenaje tan merecido tuviste!, justo en la dimensión de tus condiciones humanas, personales, profesionales, políticas; y muy especialmente, como un comunicador social de los que informan, orientan, educan y hacen noticias con la práctica de su conducta. En nada afecta tu memoria que la petición del regidor Andrés Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana, según informes de prensa, para que la Sala Capitular te rindiera un homenaje póstumo, fuera rechazada; el planteamiento de la propuesta provocó el retiro de los regidores de la oposición perredeista y la suspensión de la sesión. Esas posiciones mezquinas te engrendecen más de lo que fuiste. Todavía surgen y surgirán posiciones como estas, porque saben que tus ideales no murieron con tu cuerpo; quedaron aquí entre todos los que te queremos y te recordaremos; y los seguiremos levantando junto a nuestras banderas; y serán también los nuestros. Por eso, Miqui, mientras pase el tiempo, seguirás aún en tu palco de sombras hablando claro.

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