Aunque no es la panacea, Uruguay destaca en América Latina y el Caribe como el país menos desigual. Su clase media alcanza al 60 por ciento de la población, mientras que en la República Dominicana es, según los últimos datos disponibles, del 42 por ciento.

Los dominicanos que viven bajo la línea de pobreza representan el 23,9 por ciento de la población (datos de 2022), mientras que los uruguayos que están en esa condición solo representan el 6,4 por ciento de la población, de acuerdo con datos del Banco Mundial.

El gasto público en República Dominicana es del 20% del PIB. En Uruguay es de alrededor del 30%. Para poder mantener ese nivel de gasto público, Uruguay tiene una presión tributaria que supera el 26 por ciento, la tercera más alta en América Latina y el Caribe. La presión tributaria en República Dominicana es de alrededor del 15%, la cuarta más baja en la región.

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Particularmente, el gasto público en educación supera el 4,5% del PIB en Uruguay. En República Dominicana es del 4% del PIB.

Esto ha producido sus dividendos: Uruguay ha sido exitoso en el aumento de la productividad por trabajador en casi el 50% entre 2002 y 2022, muy por encima de la región.

Sin embargo y a pesar de que República Dominicana ha tenido un crecimiento promedio por encima del 5% por mucho tiempo, más del doble del promedio, los motores de este excepcional crecimiento están llegando a su límite debido, según un informe del Banco Mundial, al bajo crecimiento de la productividad en los últimos años, obstaculizado por un insuficiente capital humano para atender las necesidades del sector empresarial.

Asimismo, el gasto público en salud es de alrededor del 6,5% del PIB. En República Dominicana es del 2,8% del PIB, muy bajo si se compara con el promedio de la región, que es de 4,0%.

Todos estos son factores a tomar en cuenta porque han permitido en Uruguay un aumento del empleo, mayores rentas del trabajo y la ejecución de transferencias públicas focalizadas, que han hecho de su sociedad la menos desigual de la región.