Miremos los nubarrones que ya están a la vista

Miremos los nubarrones que ya  están a la vista

Como país tenemos que mirar los nubarrones que se forman en zonas importantes del mundo, principalmente en los países industrializados.

Todo parece indicar que el próximo año, 2022, será un tiempo para caminar entre piedras grandes que podrían hacernos tropezar.

Ser previsores no es, ni mucho menos, una negación del optimismo. Podemos seguir nuestra ruta cargados de entusiasmo, pensando que mañana será mejor que hoy y que las decisiones que estamos tomando darán buenos frutos. Pero, eso sí, sin dejar de mirar el horizonte y darnos cuenta que hay nubarrones para los que tenemos que prepararnos.

Las noticias nos hablan de los cambios drásticos que se están registrando en China en materia energética. La decisión de hacer un uso intensivo del carbón en la producción de electricidad ha disparado los precios hasta niveles que no se veían en los últimos cinco años.

A este hecho se suma la compra por parte de China de tal cantidad de carbón que muchos países comienzan a tener dificultades para adquirir esta materia prima. La crónica periodística que toca el tema señala que el gigante asiático ha salido a los mercados a comprar todo el carbón que encuentre a su paso y al precio que sea.

No olvidemos, además, las dificultades en el transporte marítimo, ni los problemas que confrontan algunas economías del primer mundo con la mano de obra, paradójicamente escasa. Estos nubarrones sobrevienen cuando buena parte de la humanidad sufre las consecuencias económicas y sociales dejadas por una pandemia que no termina.

La República Dominicana debe, pues, mirar esos nubarrones y ponerlos en la retorta del análisis. De inicio y sin pensarlo mucho, las autoridades deben emprender un amplio programa de siembra de productos de ciclo corto. Una acción en esta línea permitiría que los alimentos básicos no falten en la mesa de los dominicanos y que ciertas agroimportaciones sean innecesarias.

En el campo energético debe actuarse con realismo. Todo consumo de electricidad debe ser pagado, sin importar el estrato socio-económico en que se encuentre el usuario. Nunca está de más un poco de austeridad y la búsqueda de una vida sencilla. Y en tiempo de crisis, los gobiernos deben tomar las mejores decisiones.

No olvidemos las dificultades en el transporte marítimo

A este hecho se suma la compra de China del carbón que encuentra

Hay que emprender un programa de siembra productos de ciclo corto

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