Mis Buenos Días 
El último día

<p><strong>Mis Buenos Días  <br/></strong>El último día</p>

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Es costumbre hacer una lista de propósitos o de esperanzas cada vez que termina un año y comienza otro. Como es natural, siempre se desea salud, felicidad, prosperidad y amor.

Pero… ¿a cambio de qué?

Nadie dá nada por nada. Ni siquiera la Divina Providencia, para los que creen en ella, o los misterios insondables del Destino. Siempre hay que pagar por lo que se recibe.

Solo existe una moneda con la que podemos “comprar” los bienes que recibimos, sean éstos materiales o espirituales. Esa moneda única no es el euro, ni el dólar, ni el yen. Se llama “integridad”.

En la vida familiar, en los negocios, en la política, en las vocaciones… en todas las actividades humanas, esa moneda es válida y paga dividendos. Lo demás viene por añadidura.

Mi aspiración para el nuevo año es, pues, que todos seamos íntegramente honestos y sinceros, íntegramente respetuosos con los demás, íntegramente decididos a salvar a nuestro país. Este día y todos los días.

(r.molina@verizon.net.do).

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