Mis Buenos Días
Andrés Avelino

<p><strong>Mis Buenos Días<br/></strong>Andrés Avelino</p>

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
En repetidas ocasiones me he referido, sin pretender desmeritar a los maestros de ahora, a la excelente calidad profesional y humana de los profesores de la Escuela Normal de mis tiempos de escolar. Recuerdo a mis maestros de bachillerato con respetuoso cariño y me jacto con frecuencia  de que los catedráticos universitarios de hoy día no le darían por los tobillos a aquellos maestros de escuela secundaria.

Uno de ellos fue Andrés Avelino, sobre quien los alumnos del cuarto curso de bachillerato de Filosofía y Letras escuchábamos decir que era un sabio filósofo que había osado rebatir públicamente una teoría filosófica de Kant. Esa sola referencia me brindaba una atalaya especial para admirar y respetar en su justa dimensión a ese gran pensador. Después fui conociendo mejor al hombre y su obra, con creciente admiración y profundo respeto.

Hoy me he dado cuenta, sin embargo, de que siempre me quedé corto en mi valoración de lo que fue y sigue siendo, a través de su obra y su pensamiento, Andrés Avelino. Responsables de este re-descubrimiento de la grandeza y los valores del filósofo son Joseph Mendoza y Juan de la Cruz, dos acuciosos estudiosos de la obra de Avelino que han dedicado más de diez años a analizarla y escribir sobre ella un Señor Libro titulado “Andrés Avelino, el más grande filósofo dominicano, pensamiento y trascendencia”, que saldrá a la luz próximamente.

Estos dos intelectuales, filósofos como el maestro, han tenido la gentileza de poner en mis manos las pruebas de su libro, y al hacerlo me han dejado mudo. ¡Qué trabajo! ¡Cuánta dedicación en su esfuerzo! ¡Cuánto conocimiento vaciado en sus páginas! ¡Cuánta hidalgía en el espíritu de sus autores!

No es, ciertamente, un libro de masas. Sus 365 páginas tienen que ser cuidadosamente digeridas, aunque al mismo tiempo saboreadas por su estilo ameno y accesible, dentro de la profundidad que un tema como la filosofía de Avelino merece.

La bibliografía dominicana queda sobradamente enriquecida con este aporte magnífico de Mendoza y De la Cruz. Para ellos, mi reconocimiento y gratitud por cimentar mi respeto a la memoria del profesor Avelino y mis demás maestros ilustres de la vieja Escuela Normal. Y mucho éxito con el lanzamiento a la luz pública de esta obra magnífica.
(r.molina@verizon.net.do).

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