Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
El ejemplo de Costa Rica, como país pacifista y educado, es bien conocido por todo el mundo, pero nunca lo había sentido tan de cerca como cuando, en mi reciente viaje a Centroamérica escuché al presidente Oscar Arias hablando de los cuarteles y las escuelas.
“Desde 1948 –dijo el gobernante tico ganador del Premio Nobel de la Paz- Costa Rica abolió el ejército, le declaró la paz al mundo y apostó por la vida. Los niños costarricenses no conocen un soldado ni un tanque de guerra; marchan a la escuela con libros bajo el brazo y no con rifles sobre el hombro.
Si existe un viejo refrán que señala que cuando se abre una escuela se cierra una cárcel, yo quisiera añadir que cuando se cierra un cuartel, se abren cien escuelas. Cada vez que un soldado se despoja de su casaca militar, permite que muchos niños puedan ponerse el uniforme escolar”.
¿Quieren ustedes palabras más sabias que esas? ¿Por qué esas ideas no amueblan también las cabezas dominicanas?
El día de Leonel, Danilo, Milagros, Miguel, Eduardo o cualquier otro de nuestros dirigentes políticos sigan ese modelo, garantizarán su entrada a la Historia por la puerta grande. Pero parece que a ninguno les importa mucho. Ojalá que me desmientan… pero con hechos!
