Mis Buenos Días
En defensa del inodoro

<p><strong>Mis Buenos Días<br/></strong>En defensa del inodoro</p>

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Poco antes de que terminara la temporada de béisbol critiqué, en este espacio, algunas formas de hacer publicidad en los estadios a diversos productos comerciales, por considerar que lesionaban la moral y las buenas costumbres.

Específicamente me referí en dicha ocasión a los anuncios de estimulantes sexuales en los uniformes de los peloteros, a los bailes eróticos de las animadoras encaramadas sobre los dog-0uts, a la bailarina exageradamente sensual de la bebida brasileña, y al hombre disfrazado de inodoro que recorría las bases entre inning e inning.

Pues bien, acabo de recibir una carta de Laboratorios Feltrex en defensa de la singular publicidad del hombre disfrazado de inodoro para anunciar un producto contra la diarrea. Debo admitir que es una carta muy correcta, amable, respetuosa y hasta simpática. Y como soy un firme creyente en el derecho a la réplica, no me queda más remedio que vaciar aquí, si no la carta entera, por lo menos su esencia.

Para empezar, Feltrex me da la razón en cuanto a mi protesta por los grotescos bailes y por los inadecuados anuncios de estimulantes sexuales en el play. Pero en cuanto al disfraz de inodoro, transcribo a continuación su argumento:

“Desde nuestra perspectiva –escribe-, un inodoro es un instrumento cotidiano usado más de una vez al día por cada quien, lo que lo hace parte integral de nuestras vidas. Así como la pluma le sirve para Ud. escribir su respetable columna, el inodoro le sirve para satisfacer sus necesidades más básicas de manera higiénica. Por ende no podemos estar de acuerdo con Ud. en que un disfraz de inodoro… puede ser lesivo o que sea un alarde de vulgaridad…”

Creo que fue Lope de Vega quien dijo que “en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Y si no fue Lope de Vega, que me perdone el autor, pero lo cierto es que en todas las circunstancias cada uno cree que tiene la razón.

¡Tan amigos como siempre, señores de Feltrex!
(r.molina@verizon.net.do).

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