POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Así, como para restarles importancia, llamaban los grandes y renombrados señores de la época al grupo de jóvenes que arriesgaban sus vidas realizando reuniones secretas y montando obras teatrales con metamensajes patrióticos, en pos de la separación de esta parte de la isla y el Estado haitiano.

Como “cosas de muchachos” sin posibilidades de viabilidad, veían los esfuerzos de aquellos mozalbetes que se hacían llamar “trinitarios”.  Los grandes y renombrados señores pensaban, para poner fin a la ocupación haitiana de 22 años, en pedir protección a alguna potencia europea, pero jamás se les ocurrió avalar una aventura completamente independentista.

Esos trinitarios, en efecto, no alcanzaban las tres décadas de edad. Eran unos ilusos. Se podía decir que estaban locos, que les faltaba un tornillo. Pero aquí puedo traer una de mis frases favoritas: “Todos los grandes logros que vemos hoy, sólo fueron un sueño algún día”

La República finalmente fue creada y ha sobrevivido hasta nuestros tiempos, a través de una historia convulsa y difícil, y a pesar de muchos dominicanos que parecen haber sido mandados por el enemigo. Pero ahí vamos… y por ahí seguiremos.

En este 163º aniversario de aquel trabucazo (real o no, pero simbólico), reunámoslo en un abrazo fraternal todos los hijos de esta Patria y dediquemos nuestro pensamiento y nuestra acción a conformar una familia cada vez mejor y más equitativa en el reparto de la riqueza y la escasez.
Que así sea.
(r.molina@verizon.net.do).