POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Son interminables las fábulas del griego Esopo, que de manera tan natural y sencilla nos dejan profundas enseñanzas. Mi esperanza de hoy es que ésta que reproduzco más abajo sirva de base para sanas relexiones. Dice así:
Se juntaron los ríos para quejarse ante el mar diciéndole:
– ¿Por qué si nosotros te entregamos agua dulce y potable, haces tal trabajo, que conviertes nuestras aguas en saladas e imposibles de beber?
El mar, percibiendo que querían echarle la culpa del asunto, dijo:
– Por favor, dejen de darme agua y entonces ya no volverán a salarse sus aguas.
Moraleja:
Antes de culpar a otros, fíjate primero si no eres el verdadero culpable.(r.molina@verizon.net.do).