Mis Buenos Días
¿Mordaza o disciplina?

<p><strong>Mis Buenos Días<br/></strong>¿Mordaza o disciplina?</p>

RAFAEL MOLINA MORILLO
Mi columna de ayer, en la que critiqué la petición del secretario general del PLD para que sus correligionarios “no hablen tanto”, provocó ayer mismo distintas reacciones que me siento en el deber de dar a conocer.

El dilecto amigo Héctor Olivo, secretario de comunicaciones del PLD, me escribe:

“No es desafortunado el llamado del “joven secretario general” a ceñirse a la disciplina y normativa de una organización Política. El funcionamiento orgánico del Partido de la Liberación Dominicana se basa en principios entre los que se destacan el de la unidad partidaria y el respeto a los métodos de trabajo, cualquier actuación, comportamiento o

declaración pública obviando  estos u otros principios, se apartan de las normas establecidas en esta organización.

“El llamado hecho por Reinaldo Pared Pérez, el inteligente y docto secretario general del PLD, como se expresa en los Buenos Días, de que no se hable tanto, iba acompañado de otro llamado a que ‘nos dediquemos, por una parte a cumplir las responsabilidades de Estado que tenemos por delante, y por otra, dejar que las instancias institucionales del Partido de la Liberación Dominicana cumplan su rol’.

“Como se ve –concluye el amigo Olivo- es un clamor en procura de la disciplina, no de la autocensura”.

Por su parte, una amiga lectora desde el extranjero, que no me ha autorizado a revelar su nombre, me escribe así:

“Estoy de acuerdo con usted: La palabra es un derecho legítimo por el que hemos luchado desde siempre. Imponer silencio es un atropello a ese derecho. Ahora bien, amigo Molina ¿Ha pensado usted en el afán de protagonismo que tenemos los dominicanos? No hay quien pueda parar la verborrea de alguien a quien se le ha cedido un micrófono. 

“Aunque lo de Pared, trata de ser una pared –concluye la dama-, los peledeístas no dejan de tener ese afán de protagonismo y hablan y hablan, y el que mucho habla, mucho yerra, dice el refrán. Y como ya los peledeístas no son los alumnos disciplinados de Juan Bosch, esa verborrea, les es fatal. A Dios que no coja confesados y a san Ramón que nos saque con bien de manos de estos políticos”.

Yo, mientras tanto, sigo creyendo que la libertad de expresión, ejercida con responsabilidad, debe ser respetada en todas las circunstancias.

(r.molina@verizon.net.do)

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