Mis Buenos Días
¿Pequeña corrupción?

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POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Acabo de descubrir que la corrupción puede ser grande o pequeña. Por lo menos, es lo que se desprende de la presentación de los resultados de un estudio realizado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Universidad Madre y Maestra, sobre los macuteos y boroneos que se producen en muchas dependencias públicas, en perjuicio de los ciudadanos que requieren determinados servicios.

Según el estudio, realizado en el área del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo, el 13% de los usuarios de servicios públicos tuvieron que hacer pagos ilícitos a determinados empleados para obtener el servicio solicitado. Me parece estar oyendo a ciertos empleados preguntándole al necesitado ciudadano: “¿Y dónde está lo mío?”.

A eso se le ha llamado “pequeña corrupción”, supongo que para diferenciarla de la “gran corrupción” que consiste en la quiebra dolosa de bancos, el cobro de exorbitantes comisiones por la adjudicación de determinadas obras públicas, y otras monstruosidades por el estilo.

Pero, así como una mujer no puede estar “un poquito embarazada” o “muy embarazada”, no me parece tampoco apropiado hablar de corrupción grande o pequeña. Hay corrupción o no hay corrupción, sin términos medios.

Lo malo es que la corrupción, grande o chiquita, siempre anda acompañada por la impunidad. Y ahí es donde siempre gana el malo de la película.

(r.molina@verizon.net.do)

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