Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
La República Dominicana, sin ser productora de cobre, es exportadora de cobre. Así como suena. Se trata de una situación única, merecedora de una mención en la sección “Aunque usted no lo crea” por Robert Ripley.
¿Y de dopnde sacamos el cobre que exportamos? Pues del tendido eléctrico. Gratis. Robado. Con garantías de impunidad.
A los primeros que se nos ocurre culpar en una situación como esta, es a las autoridades. ¿Cómo es posible –exclamamos- que no se castigue ejemplarmente a los ladrones de cable, que tanto perjuicio causan al Estado y a la población en general?
Pero, para ser justos, también debemos tener en cuenta que, desde el punto de vista legal, el robo de alambre eléctrico debería ser más grave que el robo de una camisa (por ejemplo), pero para las leyes penales son robos iguales y la levedad de las penas es la misma para ambos delitos.
Me uno, pues, a los que sugieren que el Congreso Nacional dicte una ley que convierta el robo de cables eléctricos en un delito agravado especial, con características propias, y con sanciones mucho más severas, ya que esos hurtos provocan daños mayores a toda la sociedad, y no a una sola víctima.
Talvez una medida de tal naturaleza pueda contribuir a que nuestro país salga de la lista de exportadores de cobre… sin ser productores de tan valioso metal.
