Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Tiranías y Poderes
Se le fue la mano al presidente Fernández cuando dijo que el Partido Revolucionario Dominicano aplica en el Congreso la tiranía de su mayoría. Esa palabra, «tiranía», es muy fuerte y no procede en este caso. Porque oponerse a éste o aquel propósito del Poder Ejecutivo es lo normal y hasta lo deseable en una democracia como la que deseamos y pretendemos estar fortaleciendo.
La real separación de los Poderes del Estado es una de las mayores aspiraciones sociales. No debe haber un solo poder que lo decida todo. Lo ideal sería que ellos, los poderes, se vigilen y controlen unos a otros, para evitar, precisamente, que uno de ellos imponga su voluntad a los demás.
Tenemos un caso emblemático en nuestras propias narices: el Metro. Esta obra comenzó a construirse con una prisa desusada, sin licitaciones, sin un consenso bien acabado, como si se tratara de un asunto de vida o muerte. Se desoyeron las voces que pedían mayor ponderación del proyecto y otras fórmulas alternativas para resolver el problema del transporte. Pero no, había que arrancar y arrancaron, haciendo zanjas, tumbando árboles, rompiendo verjas y aceras, rápido, todo rápido, para que nadie tuviera tiempo de arrepentirse.
Con lo que no se contó fue con la resistencia de los partidos políticos que, a través de sus representantes en el Congreso, parecen dispuestos a paralizar la obra mal comenzada, mediante la falta de aprobación de las partidas económicas que se pretendan consignar para el Metro en la Ley de Gastos Públicos y Presupuesto.
Oponerse a destinar fondos al Metro, con el argumento de que esos fondos estarían mejor aplicados en salud y educación, por ejemplo, no sería actuar como tiranos ni como dictadores. ¿Lo sería, acaso, construir el Metro contra viento y marea? El Gobierno no lo constituye solamente el Poder Ejecutivo los otros poderes también son parte del Gobierno No lo olvidemos.
