RAFAEL MOLINA MORILLO
Bush está de moda…
El presidente George W. Bush, de los Estados Unidos, está de moda, pero en una forma que no le produce envidia a nadie. Es una moda negativa, generada principalmente por Irak y Katrina, dos grandes catástrofes que aunque nos mueven a profundas reflexiones, ello no ha sido óbice para que el humor popular se haya manifestado poniendo a circular esta historia:
Se cuenta que el presidente visitó una escuela primaria y quiso presenciar una clase relacionada con el significado de las palabras. El maestro le preguntó si le gustaría dirigir la discusión sobre la palabra «tragedia». El presidente pidió entonces a los alumnos que le pusieran un ejemplo de una tragedia.
Un niño se puso de pie rápidamente y dijo:
-Si mi mejor amigo, que vive en una granja, está jugando y un tractor lo atropella, eso sería una «tragedia».
-No -respondió Bush-, eso sería un «accidente».
Una niña levantó entonces la mano:
-Si el autobús escolar lleva 50 niños a bordo y cae en un precipicio y todos se matan, eso sería una «tragedia».
-Me temo que no volvió a decir el presidente-; eso hubiera sido lo que llamamos «una gran pérdida».
El aula quedó en silencio. Ningún otro alumno se atrevía a proponer un ejemplo. Bush escudriñó con la vista cada rincón.
-¿Nadie más quiere darme un ejemplo de lo que es una «tragedia»?
Finalmente, en el fondo del curso, un pequeño levantó su mano y dijo:
-Si el avión presidencial, con usted a bordo, señor presidente, fuera alcanzado por un cohete enemigo y hecho pedazos¼ eso fuera una «tragedia».
-¡Fantástico! exclamó Bush-, eso es correcto. Ahora dime ¿por qué eso sería una «tragedia»?
-Bueno dijo el niño-, porque ciertamente no sería ser «una gran pérdida» y probablemente tampoco hubiera sido un «accidente».