Hoy 
Demasiados partidos
RAFAEL MOLINA MORILLO
Son tantas las modificaciones que se proponen para la Constitución de la República, que, de llevarse a cabo, el resultado sería como si hubiésemos construido otra nación totalmente diferente. Lo peor del caso o lo mejor es que la mayoría de las reformas propuestas lucen lógicas y necesarias.
Otras situaciones que merecen ser revisadas son más sencillas y no requieren de cambios en la Constitución, sino tan solo pequeños toques cosméticos a la legislación ya vigente. Estoy de acuerdo, por ejemplo, con el presidente de la Junta Central Electoral, doctor Luis Arias Núñez, quien se muestra partidario de modificar la Ley Electoral para poner mayores restricciones al reconocimiento de nuevos partidos políticos.
Hay demasiados partidos y movimientos políticos en este país, más de veinte si no me equivoco, con posibilidades de que lleguen a treinta si no se pone un freno a ese caudal de organizaciones que sólo buscan, en muchos casos, inscribirse en la nómina de la Junta Central Electoral para recibir las partidas de dinero en efectivo que les otorga la ley.
El Estado gasta millones de pesos en financiar a los partidos y movimientos, dizque para fortalecer la democracia, sin que nadie supervise en qué se gasta ese dinero público, sin ningún mecanismo de control.
Buen negocio, la política. Buen negocio.
