RAFAEL MOLINA MORILLO
Un bebé fue encontrado abandonado en la puerta del Palacio de la Presidencia. Cuando llegaron los primeros funcionarios alimentaron al bebé hasta que llegó el Secretario Administrativo, el cual, por ser el jefe de todos los empleados de la administración pública, era la persona que debería tomar una decisión al respecto.

El Secretario Administrativo emitió entonces el siguiente memorando:

“Del : Secretario Administrativo de la Presidencia

“Para: Los miembros del consejo de Gobierno

“Hemos recibido un recién nacido de origen desconocido, por lo que les solicitamos formar una comisión para investigar y determinar causas y consecuencias”.

Conocido el punto en la agenda del Consejo de Gobierno, fue juramentada la comisión, presidida por  un sacerdote de alta jerarquía y mucha solvencia moral,  e integrada por un pediatra, un ginecólogo, un psicólogo, un maestro, una enfermera, un chofer, un chiripero, un agricultor,  un representante de la sociedad civil, una madre soltera  y un oficial policial.

Después de un mes de investigación, la comisión envió al Secretario el siguiente informe:

“Tras cuatro semanas de exhaustiva investigación científica y sociológica, concluímos que el bebé no puede ser producto de esta Administración, por las siguientes causas:

1)   En este gobierno nunca se ha hecho nada con amor.

2)   En este gobierno jamás dos personas han colaborado tan íntimamente entre sí.

3)   En este gobierno no se ha hecho nada que tenga pies ni cabeza.

4)   En este gobierno nunca se ha hecho nada que estuviera listo en nueve meses.

“Por tanto, exoneramos de cualquier responsabilidad al personal de este gobierno.

“Comité investigador”.

NOTA: Esta es una historia imaginaria. Cualquier parecido con situaciones de la vida real, es pura coincidencia.

 (Contribuído por Félix Almánzar).
(r.molina@verizon.net.do)