Mis buenos días

Mis buenos días

RAFAEL MOLINA MORILLO
Anti-fuegos

Si he de decir la verdad, tengo que admitir que en mi niñez disfruté de los fuegos artificiales en la época navideña. Gocé muchísimo con las velas romanas, los cohetes chinos, las patas de gallina, los buscapiés y los torpedos. Pero yo era, como dije, un niño y como tal no tenía plena conciencia del peligro que corría ni del riesgo en que ponía a los demás.

Tuve la fortuna de no salir chamuscado, y la misma buena suerte corrieron mis hermanos, pero no así todos los amiguitos, pues algunos de ellos sufrieron graves accidentes que les dejaron lesiones permanentes.

Hoy pienso de manera muy diferente a aquellos años. Entiendo que, aunque nuestros hijos o nietos se disgusten con nosotros, no debemos fomentar el uso de esa peligrosa diversión, y la utilización de los fuegos artificiales debería prohibirse totalmente, o por lo menos reglamentarse para que solamente expertos calificados puedan manipularlos en ceremonias especiales, previo permiso de la Defensa Civil o algun otro organismo competente.

La Navidad es tiempo de amor, de paz y de calidez familiar. El estruendo y el fuego no son compatibles con aquellos valores. Se puede divertir la gente sin poner en riesgo la alegría generada por la significación de la fecha.

Intentemos, pues, pasar unas navidades sin fuegos, y veremos que se puede. Las próximas, el “sacrificio” será más fácil.

(r.molina@verizon.net.do)

Publicaciones Relacionadas

Más leídas