Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Enemigo Público No. 6
En mi lista de Enemigos Públicos de la sociedad, tenía hace ocho años a la Basura, así con mayúscula. Tengo que admitir que su presencia en nuestras ciudades es menor ahora que antes, pero aún así me inclino por no sacarla todavía de la lista. Y le sigo adjudicando el número 6, no porque sea menos peligroso que los enumerados anteriormente, sino debido a que, sencillamente, todos no pueden ser número uno.
A lo largo de años, la basura ha demostrado ser un enemigo peleador frente a la capacidad de los dominicanos. Ella retrocede un paso y avanza dos.
No es justo, sin embargo, culpar únicamente a las autoridades municipales o nacionales por el problema. También hay que adjudicar su cuota de responsabilidad a la población, que en gran medida actúa como si las calles fueran un zafacón, que lanza bagazos y cáscaras de guineo por las ventanillas de lujosos automóviles, que no hace nada, en fin, por mantener su ciudad limpia.
El problema tiene, pues, dos vertientes. Por un lado está la educación cívica que, penoso es decirlo, entre nosotros brilla por su ausencia. Y por el otro, los pocos recursos con que cuentan los ayuntamientos para cumplir su rol en esta materia.
