Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Tránsito y coca-colas
Durante los días feriados y semi-feriados de navidad, año nuevo y reyes, desarrollé en esta columna mi tesis sobre los enemigos públicos de la sociedad dominicana, mientras me escapaba en un crucero por las islas del mar Caribe. Durante mi ausencia, varios lectores me escribieron exponiéndome sus puntos de vista sobre el tema de los enemigos públicos.
Jordi Martínez, por ejemplo, tomó el caso del tránsito caótico que caracteriza a nuestras ciudades principales, caracterizándolo como una «vergüenza nacional».
«En la época del Perínclito dice- una infracción de tránsito costaba RD$5.75, equivalente a US$5.75; en ese momento una Coca-Cola costaba RD$0.08, es decir que con el costo de una multa comprábamos 72 Coca-Colas. Hoy en día compramos 72 Coca-Colas con RD$720.00. El costo mínimo de una multa debe ser de RD$1,000.00 no $30.00 como es hoy.
«Hay que hacer una nueva ley de tránsito y adecuarla a nuestros tiempos y
Problemas prosigue el amigo Martínez-. El asunto es que a los legisladores no les importa un comino. Da rabia la impotencia que sentimos cuando una voladora hace mil diabluras por esas calles de Dios: son los dueños de las vías. No hay semáforos para los motores y ya para muchos carros. No hay voluntad para resolver el problema».
El señor Martínez concluye afirmando que hay que emprender una campaña para mejorar el problema, campaña que, a su juicio, corresponde hacer a los medios
de prensa «porque los simples ciudadanos no tenemos fuerzas para hacerla, e intentarlo sería como clamar en el desierto».
