Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Seguridad insegura
A propósito de lo que escribí ayer en esta columna en torno a lo desprotegida que se siente la sociedad frente al auge de la delincuencia, la doctora Lillian Sánchez Mejía propone la creación, por parte de los ciudadanos, de compañías de vigilantes barriales.
¿Cómo sería eso? Lo primero sería realizar en cada sector un censo barrial, en base al cual se formarían luego grupos por noches o semanas para vigilar sus cuadras, con la consiguiente tranquilidad que esto proporcionaría a los ciudadanos. En cada barrio se realizarían reuniones para intercambiar informaciones semanales sobre los sucesos ocurridos y brindarse recíprocamente los apoyos necesarios.
Quizás estoy soñando escriba la doctora Lillian-, pero pienso que como ciudadanos alguna medida debemos tomar, ya que nuestras propias autoridades no nos dejan otra salida.
Ahí está el detalle, digo yo. Es verdad que cada uno de nosotros tiene el deber de tomar precauciones y cuidarse a sí mismo y a los suyos, pero las autoridades y los organismos correspondientes tienen la principal obligación de velar por el imperio de la ley y esa responsabilidad no la están cumpliendo.
La ley entra por casa, dice un refrán. Y eso, entre nosotros, no está sucediendo.
