Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Algo sobra ahí
En la importantísima esquina formada por las avenidas Winston Churchill y 27 de Febrero se levanta una formidable estructura que soporta un llamativo anuncio de cerveza sobre el área del boulevar. Debajo del mensaje publicitario hay, enhestada en una pequeña asta, una Bandera Nacional. Y como telón de fondo, compitiendo con el pabellón patrio, una valla comercial anuncia con desenfado un producto que supuestamente sirve para producir la erección masculina a la hora de practicar el sexo.
La cerveza es la Presidente, a cuya presencia en los mercados extranjeros me referí orgullosamente hace pocos días en esta columna. El estimulante sexual es el llamado Erect F. Y la bandera, la pobre bandera, es la nuestra (la suya, lector o lectora, y la mía).
Como que ahí sobra algo ¿verdad? La enseña tricolor no es la que sobra, desde luego, aunque parece que esta vez no tiene dolientes, ya que la situación que describo tiene varios días y a nadie parece preocupar.
No sé, a decir verdad, a qué organismo nacional o municipal corresponde reparar esta inconsistencia cívica. Pero algo debe hacerse para que nuestra Bandera se sienta siempre rodeada del cariño de sus hijos y protegida por la vigilancia permanente de quienes queremos verla ondear a los cuatro vientos, libre y sin contaminación de ningún tipo.
