[b]No hay que esperar tanto[/b]

El secretario de Finanzas, Rafael Calderón, es un hombre afable y capaz. Cada vez que nos encontramos él y yo en algún lugar público, me complace saludarle y reiterarle que él es «mi ministro favorito», porque, además, siempre accede a conversar con los periodistas y les explica de manera clara el tema que se esté conociendo.[tend]

Con el aval que me da esa circunstancia, me permito decirle al amigo funcionario que fue desafortunada su reacción ante las críticas al gobierno formuladas por la presidenta de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) en su reciente discurso en la Cámara Americana de Comercio.

Hemos de recordar que Marisol Vicens, presidenta de ANJE, tras formular una serie de críticas al sector oficial, sugirió que debían renunciar todos los funcionarios públicos que ocupan posiciones importantes en el gobierno del Presidente Mejía. A esto respondió el Secretario Calderón que la empresaria Vicens debería esperar a ser Presidenta de la República para que entonces destituya a los funcionarios actuales y forme su propio gabinete.

Ni como chiste fue buena la salida del Secretario, porque ya esa ocurrencia la había tenido y expresado más de una vez el propio Presidente Mejía. Pero tampoco a éste le lució la gracia, porque no es verdad que haya que esperar tanto para que un ciudadano cualquiera pueda formular críticas al Gobierno o expresar lo que crea que deben hacer los funcionarios.

No se olvide que todo aquel que desempeña una función pública, desde el Presidente de la República hacia abajo, es un mandatario del pueblo, o sea una persona seleccionada por nosotros para hacer un trabajo, y que, en consecuencia, tenemos derecho a pedirle cuentas. Es como el administrador de un negocio, al que sus dueños le piden explicaciones. En el caso que nos ocupa, el Estado es el negocio, los funcionarios son los empleados a sueldo y los ciudadanos somos los dueños.

¡No tenemos que esperar tanto para reclamar, Marisol!