Mis Buenos Días

Mis Buenos Días

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Coincidencial encuentro
Por pura coincidencia, cuando yo entraba ayer al edificio donde se alojan «El Día», «El Nacional» y «Hoy», venía saliendo de la redacción de este matutino el señor Eulogio Santaella, quien hasta su renuncia, hace un par de días, ostentaba la función de presidente de la compañía que pretende construir una isla artificial frente al malecón de Santo Domingo.

Por lo estrecho del pasillo, el encuentro era inevitable. Nada tenía de particular, por otra parte, puesto que conozco a Santaella desde hace algunos años y reconozco en él a una persona capaz, conceptuosa y honesta, aunque en las últimas semanas hemos estado enfrentados porque él representaba a los promotores de la isla artificial y yo soy claramente opuesto a dicho proyecto.

Frente a frente, ambos nos saludamos educadamente. Después del primer impacto por el inesperado contacto, atiné a decirle, con un apretón de manos: «Dígame algo», persiguiendo algún comentario sobre su salida voluntaria del proyecto.

«Dígame algo, ¿no tiene nada qué decirme?», insistí.

«Sí –me respondió-: ¡Felices pascuas!». Y bajó raudo las escaleras que conducen a la calle.

(r.molina@verizon.net.do).

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