Mis buenos días

Mis buenos días

RAFAEL MOLINA MORILLO
La entrevista

Una famosa periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo: artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores e ingenieros.

Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influído en su comunidad o en otras naciones y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras.

Un día, de camino a su oficina, le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida, la cual estaría relacionada con su obra máxima: el hombre. De repente , se vio envuelta por una gran luz en medio de un torbellino:

– Para, le dijo Dios, ¿así que quieres entrevistarme?

– Bueno, le contestó, si es que tienes tiempo.

Dios se sonrió por entre la barba y dijo:

– Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo. ¿Qué pregunta quieres hacerme?

– Ninguna nueva ni difícil, para ti: ¿qué comentario te merece el hombre a quien reaste a tu imagen y semejanza?

Un poco entristecido, Dios le respondió :

– Que se aburre de ser niño por la prisa de crecer, y luego suspira por volver a ser niño. Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para

recuperar la salud. Que se pasa toda la vida acumulando bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán. Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuida su hora actual, y ni vive el presente ni el futuro. Que se pasa toda la vida tratando de ser feliz y se olvida que la felicidad no es otra cosa que la capacidad de disfrutar lo que se tiene. Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. Que se pasa toda la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor.

Que se pasa la vida buscando triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. Que se pasa la vida buscando la aprobación de los demás, cuando ni siquiera él mismo se aprueba. Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que ésta es producto de sus decisiones. Que se pasa la vida cambiando a los amigos, sin comprender que son los amigos los que cambian. Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo. Que vive como si no fuera a morirse y, sin embargo, se muere como si no hubiera vivido. Que creé al hombre para que sea feliz, pero él escogió la infelicidad.

Por primera vez, la periodista vió a Dios llorar…

(Contribución de Ricardo Bodden López)
(r.molina@verizon.net.do)

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