Mis buenos días

Mis buenos días

RAFAEL MOLINA MORILLO
Los días navideños y la proximidad de un nuevo año mueven a la reflexión.
Nada más apropiado para ello que dar una nueva lectura y dedicar unos momentos de meditación a uno de los siete libros sapienciales del Antiguo Testamento, cuya irresistible elocuencia, con su apariencia de pesimismo, tiende a quitarnos la venda que oculta a nuestra inteligencia los verdaderos esplendores de la vida.

Me refiero al Eclesiastés, en su tercera parte, donde nos enseña que todas las cosas tienen su tiempo y que todo lo que pasa debajo del sol tiene su hora. Dice así:

«Hay tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de entregarse al luto, y tiempo de darse a la danza; tiempo de desparramar las piedras, y tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar, y tiempo de dejar los abrazos; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de tirar; tiempo de rasgar, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz».

Si queremos que los que vienen sean tiempo de paz, tiempo de amar, tiempo de abrazar y tiempo de edificar¼ ¡sólo de nosotros depende! No permitamos que los malvados, los truhanes y los perversos se salgan con la suya, enfrentémosles unidos con todas nuestras fuerzas, para que el futuro no se convierta en tiempo de llorar y tiempo de luto.

(r.molina@verizon.net.do)

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