Mis buenos días

Mis buenos días

Ni San Hipólito, ni Santa Milagros, ni ningún querubín, angelito o diablito disfrazado de diputado o senador va a convencerme de que propugnar por la implantación del sistema conocido como «ley de Lemas» no es una burla al pueblo y un abuso de poder.[tend]

Para quienes todavía no lo saben, permítaseme recordar que la «ley de Lemas» es un procedimiento mediante el cual los partidos políticos pueden acudir a las urnas con más de un candidato, y al candidato que más votos tenga entre ellos, se le suman los votos obtenidos por los demás. Ejemplo: si en el PRD a mí me gusta Esquea y voto por él, pero Fello acumula más votos que Esquea en la misma boleta, mi voto para Esquea se le suma a Fello, aunque a mí no me guste Fello. (Es sólo un ejemplo).

En otras palabras, el ciudadano común estará votando por un partido, no por una persona. Eso no es democrático ni constitucional, porque si bien todos tenemos derecho a elegir personas, no estamos obligados a elegir partidos.

Es decepcionante que figuras importantes de nuestro ámbito político defiendan el proyecto de incorporar la «ley de Lemas» a nuestro sistema electoral, con el argumento de que «esa es la única forma de salvar» al PRD. ¿Quién ha dicho que el Congreso Nacional está ahí para hacer leyes con el objeto de salvar al partido en el poder, o a ningún otro?

Se puede consentir que el PRD y cualquier otro partido, si lo desea, aplique la «ley de Lemas» a lo interno, en una Convención con sus militantes exclusivamente, para escoger así a su candidato. Pero en la boleta electoral del 16 de mayo del 2004 sólo debe haber un candidato por cada partido.

Ojalá que prevalezcan la sensatez y la cordura entre los señores legisladores para que esa descabellada y oportunista idea de «Lemas» no prospere en nuestro país. Porque de aprobarse una reforma legal o constitucional para lograrlo, podríamos estar encendiendo la mecha del barril de pólvora sobre el que estamos sentados.

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