POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Una carta que habla sola
«Apreciado Molina Morillo:
«En Mis Buenos Días del 31 de diciembre usted se refiere al tema de las drogas como el enemigo público número uno y al de la ignorancia como el número dos. Me luce que todo el argumento gira en torno a las consecuencias de la falta de educación existente en la sociedad dominicana. Por lo cual la prioridad, al considerar quién merece el mote de enemigo público número uno, debe atribuirse a la falta de educación que padece la sociedad dominicana. Esta es la causante de las limitaciones que se manifiestan en la violencia que arropa nuestra vida en sociedad, el aumento en el consumo y tráfico de drogas, en la infidelidad, en las prácticas deshonestas en el desempeño de la actividad pública, en la falta de criterios en la asignación de los recursos estatales a los diferentes sectores sociales, en los bajos niveles de alimentación y salubridad, al deterioro ambiental de ciudades y campos. En fin, la falta de educación de la sociedad dominicana debe ser el motivo central de las reflexiones de nuestros políticos y de los diferentes sectores que intervienen en la toma de decisiones sobre los grandes retos del país.
«La entrada en el comercio global amerita una sociedad más competitiva que la que actualmente tenemos. El bajo nivel educativo de la sociedad dominicana y el bajo nivel de nuestra educación son dos limitaciones sumamente importantes que deben mover la atención de quienes toman las decisiones al más alto nivel de la vida ciudadana. Precisamente en estos momentos se discute el presupuesto con el cual han de operar las dos carteras que administran las oportunidades educativas de la población. Las titulares de ambas Secretarías de Estado han manifestado, responsablemente, que los fondos asignados son insuficientes para el logro de las metas planteadas y para el logro de los objetivos del milenio. Decir que la educación es una prioridad nacional sin que esto se manifieste en la asignación de recursos suficientes para financiar las prioridades del sector, aparenta ser una tomadura de pelo que en nada ayuda a la competitividad del país y menos aún a superar, en el mediano y largo plazo, los problemas sociales que padecemos y que originaron sus comentarios.
«Es tiempo, en verdad, de que todos los sectores del país asuman la educación como la principal preocupación de la sociedad dominicana, dirigiendo hacia ella todas las voluntades y todos los recursos para que de una vez por todas se pueda lograr la meta de ofrecer una educación de calidad para todos y todas hasta el máximo que cada habitante del país considere como el mínimo para la satisfacción de sus necesidades».
«Queda de Usted,
«Dr. Angel Hernández».
(r.molina@verizon.net.do).