Hoy 
POR RAFAEL MOLINA MORILLO
Qué buena noticia ha sido esa de que la Secretaría de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores al fin se pusieron de acuerdo y van a iniciar las clases el lunes 21 de este mes.
No voy a entrar en detalles del acuerdo a que se llegó, y mucho menos en el origen de las diferencias que había entre los maestros y la rama del gobierno que tiene que ver con la educación. Lo importante y gratificante es que aparentemente prevaleció el interés en que los niños y adolescentes dominicanos no paguen las consecuencias de eventuales discusiones políticas o gremiales.
¿Qué hay muchas escuelas en ruinas? ¿Qué los alumnos no tienen donde sentarse? ¿Qué cuando llueve hay más agua adentro que afuera? ¿Qué los maestros están mal pagados? Son, sin duda, denuncias graves, y es responsabilidad del Estado atenderlas. Pero si, encima de todo ello, también suspendemos las clases o las aplazamos una y otra vez, la situación se tornaría de grave a catastrófica.
¡A la escuela todos desde el lunes! Pero eso sí: el gobierno tiene que ponerse las pilas y atender eficazmente a los justos reclamos que se le hacen en el campo de la educación pública. El hecho de que se haya depuesto la actitud de no empezar las clases el lunes, no lo veamos como una claudicación, sino como un gesto de comprensión para buscar juntos la solución que todos deseamos y merecemos.
