Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Hitler no perdió la Segunda Guerra Mundial el día que las tropas norteamericanas y soviéticas entraron simultáneamente a Berlín. La había perdido antes en el Mar Caribe, cuando un descuido de un soldado alemán impidió que un submarino nazi destruyera la refinería de petróleo de Aruba.
El dato preciso está consignado en el libro La Segunda Guerra Mundial y los submarinos alemanes en el mar Caribe, publicado en 1997 , de la autoría del Contralmirante retirado César De Windt Lavandier. Conservo con celo mi ejemplar dedicado cariñosamente por el autor y estoy en estos momentos dedicado a su re-lectura.
Explica el interesante libro que las refinerías de petróleo ubicadas en las Antillas Holandesas (Aruba y Curazao) eran talvez las principales fuentes de abastecimiento de combustibles que surtían a los Aliados, especialmente a la Fuerza Aérea inglesa, considerada entonces como la más grande del mundo. Los alemanes pusieron en marcha, entonces, la Operación Neuland, para destruir y poner fin a ese suministro, calculando que con ello paralizarían los ejércitos norteamericano e inglés y esas potencias quedarían prontamente vencidas.
El submarino nazi U-156 disparó el cañonazo que incendiaría los depósitos y la refinería de Aruba, pero el proyectil explotó dentro de la propia nave, porque algún marinero alemán olvidó remover la tapa de la boca del cañón, que impide la entrada de agua a la pieza cuando el submarino está sumergido. Eso fue el 15 de febrero de 1942. Ese día afirma De Windt Lavandier- Hitler perdió la guerra.
Dato curioso: al día siguiente, todas las estaciones radiodifusoras alemanas transmitieron la noticia de la destrucción de la refinería de Aruba por un submarino alemán y los periódicos de Berlín, en su edición del 16 de febrero, publicaron hasta una fotografía de la refinería envuelta en llamas. ¡La propaganda política es igual en todas partes!
