MIS BUENOS DIAS
El Metro, encogido

MIS BUENOS DIAS <BR>El Metro, encogido

RAFAEL MOLINA MORILLO
Felizmente, parece que la idea del Metro se ha encogido un poco. El entusiasmo con que se comenzó a hablar de la construcción de un tren subterráneo para supuestamente resolver los problemas del transporte público en la capital, ha bajado de tono frente a los razonables cuestionamientos que se le han planteado a la audaz iniciativa oficial.

Ahora, por lo menos, se despejan los temores de que la obra arrancara de repente, a la cañona, como era la impresión reinante desde que se anunció por primera vez lo que muchos entendidos consideran que es un despropósito. Si bien es cierto que algunos técnicos del gobierno empezaron a hablar con personajes claves (como el rector de la UASD, por ejemplo) para escoger los lugares adonde irían las «bocas» del subterráneo, posteriormente la opinión pública ha sido tranquilizada con el aviso de que la construcción del Metro no va a arrancar en febrero y que no hay planes concretos todavía.

No somos ingeniero ni especialistas en transporte público, pero nos llama la atención la avalancha de críticas y reservas exteriorizadas por gente que sí sabe de eso, frente al proyecto en cuestión. Esto nos inclina a pensar que lo más prudente es examinar todas las vertientes del caso, antes de dar un primer picazo que no pueda tener marcha atrás.

Se ha hablado de un financiamiento a través del gobierno de Brasil. Decía el presidente Lilís que por un gato, si era «fiao», se podían pagar hasta mil pesos¼ Pero, agregamos nosotros, al fin y al cabo habrá que pagarlos. El costo del Metro, aunque sea «fiao», es muy elevado. Bien vale la pena no precipitarnos y ponderar mejor la conveniencia de su ejecución.

 

 

 

 

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