Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
En virtud de una de esas leyes absurdas que tenemos, el Estado reparte fabulosas sumas de dinero nuestro entre los partidos políticos que se disputan el derecho a ordeñar la vaca inagotable que es el país.
Así como lo oye o lo lee: dinero nuestro. Suyo, amables lectores, y mío también. Porque la plata que manejan los gobiernos no es de nadie, sino nuestra, del pueblo en general. Pero está esa bendita ley que dispone darles millonadas de pesos a los partidos dizque para favorecer la democracia, aunque al final nadie les pide cuentas.
Ante esa situación, luce natural que cualquiera que desee ganarse unos pesos fáciles piense en crear un partido político y correr en busca del reconocimiento de la Junta Central Electoral, para luego recibir su cuota en nombre de la democracia.
Prueba de que no estamos mintiendo es que en estos momentos la JCE tiene ante sí 177 solicitudes de partidos y agrupaciones políticos, para ser reconocidos legalmente y poderse así inscribir en el Presupuesto Nacional. Actualmente son 23 los partidos y movimientos reconocidos por la JCE que se benefician económicamente con financiamiento oficial por más de 300 millones de pesos¼ suyos y míos, amables lectores¼ suyos y míos.
Pero la ambición no tiene límites. Hay en fila 177 aspirantes nuevos para repartirse el botín. Que les vaya mal, pues!
