MIS BUENOS DÍAS
Lo necesario, nada más

MIS BUENOS DÍAS <BR>Lo necesario, nada más

RAFAEL MOLINA MORILLO
Nunca es tarde para aprender. Yo, que estoy en el otoño de mi vida, acabo de aprender algo que he extraído, vía Internet, del pródigo pensamiento de Paulo Coelho.

Habla el laureado autor de “Brida”, “Verónica decide morir” y otras tantas magníficas obras, de cómo ha ido reduciendo el número de volúmenes de su biblioteca para quedarse tan sólo con sus libros favoritos, guiado por la sabia idea de intentar tener una máxima calidad de vida con un mínimo de cosas.

Aclara Coelho, eso sí, que esa idea de vivir con lo necesario, y nada más, no quiere decir que haya optado por una vida monástica, sino todo lo contrario, o sea que cuando no estamos obligados a poseer y conservar una infinidad de objetos, gozamos de una libertad inmensa, de una especie de liberación.

Es que, sin darnos cuenta, vamos acumulando y guardando cosas que nunca utilizaremos ni necesitaremos. Nuestro escritorio, por ejemplo, está lleno de objetos que nos han regalado o que hemos adquirido, pero que no tienen ninguna utilidad. Asimismo, conservamos ropa o zapatos que ya no vestiremos más. Una lámpara vieja, una colección inservible, un mueble que estorba, suelen ser compañeros de viaje de muchas personas en su ruta por la vida.

Pero no solamente guardamos objetos materiales, sino también vivencias, recuerdos, formas de reaccionar frente a las contingencias de la vida. Me voy, pues, más allá del comentario de Coelho sobre sus libros, y pienso que, como hace él con su biblioteca, hay muchas actitudes que sería bueno erradicar de una vez para siempre. Eso es lo que, sinceramente, trataré de hacer, para seguir el camino con menos carga, más liviano y más libre.

r.molina@verizon.net.do

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