Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
Me parece muy buena la iniciativa del presidente del Senado para convocar a expertos internacionales y dominicanos a fin de que hagan recomendaciones para realizar una reforma constitucional que nos acerque a un ideal Estado de Derecho, libre de sospechas partidistas o coyunturales, como las que repetidamente hemos tenido en el pasado.
No estoy solo en ese anhelo. Otras voces, muy autorizadas, se escuchan a favor de una reforma seria de nuestra Carta Magna, y todo parece indicar que este es el momento indicado para comenzar a trabajar en ello.
Coincido con quienes plantean que la primera modificación debe ser en cuanto al mecanismo a seguirse, precisamente, para poder cambiar aunque sea una coma al texto constitucional. Los senadores y diputados tienen que revestirse de un barniz patriótico para renunciar a esa prerrogativa que actualmente tienen, para dar paso a las Asambleas Constituyentes. Ese es un punto fundamental si de verdad queremos afianzarnos en el camino hacia la institucionalidad.
Entre otras cosas, también considero importante consagrar las autonomías de la Contraloría General de la República y del Ministerio Público. También, prohibir la reelección presidencial en dos períodos consecutivos, aunque, si se quiere, se aumente el período constitucional de cuatro a cinco años. Y desde luego, revisar el artículo 55 que señala las atribuciones y facultades del Poder Ejecutivo, para quitarle al presidente algunos de los poderes casi monárquicos que todavía conserva.
Buenas o no, estas son mis sugerencias. Que se tomen en cuenta es lo importante, al igual que las de todo el que quiera opinar al respecto. Pero que se trabaje en ello con seriedad y sin buscar ventajas personales o de partidos.
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