RAFAEL MOLINA MORILLO
Mi lamento de ayer, ante el ominoso anuncio de Bill Gates de que el libro morirá dentro de diez años, junto al CD y al cine convencional, ha encontrado eco. ¡No estoy solo!

Algunos lectores me han reconfortado con sus palabras de solidaridad y aliento, como Julio Mendoza, quien, después de admitir que el libro (de papel) se verá limitado a ciertas áreas, concluye presagiando que «el libro no morirá, como no ha muerto el lápiz».

«Las cosas que lo afectarán –al libro- son su gran volumen, su limitada capacidad de contener información y el largo tiempo en buscar algo específico en él. La tendencia de integrar cosas al celular (pda, computadora) –sigue diciendo el amigo Mendoza- será un golpe final para el libro como lo conocemos (no para la lectura, creo que habrá más lectores) pues a la gente le encanta el celular pero no tanto cargar un pda y la notebook».