Mis Buenos Días
¿Qué es peor? ¿Comprar o vender conciencias?

Mis Buenos Días <BR><STRONG>¿Qué es peor? ¿Comprar o vender conciencias?</STRONG>

POR RAFAEL MOLINA MORILLO
La temporada de campañas electorales resulta molestosa para mucha gente porque, a decir verdad, crea entorpecimientos en las vías públicas, desorganiza la conducta humana y enemista a personas que antes fueron amigas y ahora son fieros adversarios.

Pero no todo es negativo. También dejan, las elecciones, sabias enseñanzas. Por ejemplo, aprendemos a no creer todo lo que se nos dice, de tanto que se nos prometen el cielo y la tierra para no cumplir, nunca jamás, nada de lo prometido.

Se aprende mucho también acerca de la naturaleza humana. Siempre se ha dicho que el oro corruptor lo compra todo, incluyendo al pensamiento, si fuere necesario.

En estos días, precisamente, se habla del transfuguismo que impera entre muchos de los candidatos a cargos electivos de diferentes partidos políticos, y se critica que con harta frecuencia una tendencia determinada “compra”, a base de papeletazos limpios, a aspirantes a senadores o a diputados, o bien a síndicos, regidores o activistas del partido contrario.

Se critica acremente al corruptor que ofrece altas sumas de dinero para lograr que la víctima se cambie de un partido a otro, pero no tanto al que acepta la dádiva.

Hablando sobre ese tema escuché por la radio a la respetada diputada reformista Licelotte Marte de Barrios sentenciar lo siguiente, más o menos con estas palabras: “Lo malo no es que haya personas que compren conciencias; lo malo es que hay gente que vende la suya”.

Esa es otra de las enseñanzas positivas que nos deja la campaña.

(r.molina@verizon.net.do)

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